La Fiscalía ha solicitado el archivo de la causa abierta en el Juzgado de Instrucción número 5 de Cáceres ante la denuncia presentada por el Instituto de Estudios Heráldicos y Genealógicos de Extremadura por la retirada del escudo de la fachada de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), realizado por el escultor Pérez Comendador. El informe de la fiscalía, elaborado por la fiscal de Medio Ambiente, Olga Suárez, consta de cuatro folios en los que se exponen los argumentos jurídicos por los que se estima que no hay indicio de delito en esta retirada. Ahora deberá ser el titular del Juzgado número 5, Joaquín González Casso, quien decida si archiva o no la denuncia.

El origen de la retirada se remonta a febrero del 2008 cuando la Delegación del Gobierno de Extremadura, a petición de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Armhex), ordenó que se quitara el escudo. Casi tres años después, se iniciaron los trabajos de desmontaje. Un informe técnico, fechado 20 días después del comienzo, advertía de las dificultades para retirarlo. Esos trabajos se prolongaron durante cinco meses, se iniciaron el 13 de enero y no acabaron hasta el pasado mes de abril. Supusieron un gasto de 100.000 euros a las arcas del Estado.

La decisión de la retirada no la compartían historiadores y diferentes colectivos, que abogaban por el valor histórico de la obra, labrada en granito, de 2,50 metros de altura, 2,40 de anchura y un espesor que va desde los 80 centímetros en su parte inferior, hasta 1,30 metros en la parte superior. La obra incluye una vitola con el texto "España, una, grande, libre" , que mientras que en los modelos oficiales de 1938, 1945 y 1977 nunca se integró en el águila de San Juan, en el caso del escudo de Pérez Comendador está integrada en el interior de las alas. Un hecho que los expertos califican de "peculiar, excepcional y raro". En lugar del blasón franquista se colocó un escudo constitucional de dimensiones más pequeñas.

El viejo fue trasladado al Museo de Cáceres después de que la Junta lo declarara como Bien de Interés Cultural. No puede exponerse al público porque en el museo no existe ninguna sala que lo pueda acoger dadas sus amplias dimensiones.