"Vivo en Vitoria y vengo todos los años a mi pueblo natal expresamente para las fiestas de la Virgen", comentó Luciana Reyes, una de las cientos de personas que se congregaron ayer por la tarde en el santuario para recibir a la patrona de Coria y acompañarla a pie hasta la ciudad durante más de dos horas de trayecto. Esta mujer, de 75 años, confesó que la devoción que siente por la Virgen "es muy grande". Por ello aseguró que solo una fuerza mayor puede impedir que venga a Coria desde tan lejos para estar cerca de la patrona. Ayer, como otros caurienses, subió en coche particular hasta el santuario y bajó andando todo el camino hasta la catedral.

Además de numeroso público, la Virgen de Argeme estuvo acompañada de unos 40 jinetes a caballo que formaban un grupo liderado por una carroza engalanada de flores que conducía Javier Domínguez. "Venimos a acompañar a nuestra Virgen y a poner colorido a una tarde con mucho sentimiento", comentó este joven que, al mismo tiempo, confesó que con la presencia de los caballos también se ayuda a mantener la tradición de estos animales.

Alcaldesa perpetua

Cada año los caurienses viven con gran devoción y alegría la fiesta de la patrona, pero uno de los que celebraron el día de forma muy especial fue Francisco José Martín, que este año se ha estrenado como presidente de la Cofradía Virgen de Argeme. "Es un momento muy emocionante y que a la vez se vive con responsabilidad", comentó mientras encabezaba la procesión.

Las autoridades políticas locales también tuvieron su protagonismo, ya que la corporación en pleno recibió como es tradición a la patrona en el Camino de la Virgen, un lugar que un año más destacó por los adornos que los vecinos mostraban en los balcones y ventanas de sus casas. Después, la Virgen fue llevada en procesión hasta la Puerta Nueva donde ayer el alcalde, Joaquín Hurtado, le hizo entrega de la llave de la ciudad y del bastón de mando que le acredita como alcaldesa perpetua.

A falta de obispo en la diócesis de Coria-Cáceres, el administrador diocesano, Ceferino Martín, junto con el Cabildo, se encargó de recibir a la Virgen en la Puerta Nueva. Después, el pueblo fue quien recibió a su Virgen con los brazos abiertos en la catedral donde permanecerá hasta el día 14 para ser devuelta al santuario donde estará el resto del año.