La revisión del PGOU es un asunto importante en la gestión del ayuntamiento de una ciudad. Los planes generales de ordenación son instrumentos de ordenación integral de un territorio que acuerdan el modelo de utilización del suelo a largo plazo, después de la ponderación cualitativa de distintas opciones y lo clasifican definiendo los elementos fundamentales.

Establecen el programa para su desarrollo y ejecución y señalan el límite temporal de sus previsiones. En ellos, una vez fijado el modelo de desarrollo urbano, se ha de tener en cuenta la asignación de los usos globales a las distintas zonas, el sistema de comunicaciones urbanas e interurbanas, el sistema de espacios libres, el sistema de equipamientos comunitarios y de aquellas instalaciones cuya implantación puede influir en el desarrollo del territorio.

Es clara la trascendencia de un plan de urbanismo bien diseñado. De la compatibilidad entre el desarrollo urbano y la salvaguardia de los recursos existentes, de la regeneración de las áreas degradadas, de la integración de los estudios y análisis urbanísticos con los de tráfico y transporte (de manera que se contemplen las relaciones entre la localización de los usos con la movilidad, y la definición de una correcta jerarquización de la red viaria), de la garantía de conservación de la ciudad antigua y su patrimonio histórico, arqueológico o simplemente ambiental, del acabado y prolongación de las tramas urbanas existentes, del cuidado de la periferia, depende una mayor comodidad y calidad de vida para sus habitantes. E incluso podrá evitarse una pérdida de población hacia otros lugares de fuera del territorio en cuestión.

En Cáceres, un equipo técnico externo a la ciudad ha elaborado un documento que servirá de base al futuro PGOU, una vez analizado y enriquecido con las aportaciones pertinentes. El estudio del mismo se ha iniciado en sesiones de trabajo durante las cuales un componente de dicho equipo explica a los miembros de la Comisión de Urbanismo y otros técnicos municipales, las características del proyecto.

Una vez terminada dicha exposición ha de llegar el estudio riguroso por parte de los concejales que son quienes tienen la obligación de aprobarlo (o no) en el pleno correspondiente. Para hacerlo se necesita tiempo y disponer de una copia de toda la documentación existente, cuestión esta última que el grupo municipal del PSOE solicita desde el principio de los trabajos y que no ha sido atendida pese a que lo único que busca es garantizar la seriedad de su voto llegado el momento.

Es difícil defender la opacidad en la que nos desenvolvemos, la falta de participación ciudadana en el análisis y discusión de un plan que implica a todos los que vivimos en la ciudad. Máxime cuando a nuestra primera autoridad local se le llena la boca con las excelencias de la llamada Ley de la Grandes Ciudades. Ocasión tiene ahora de demostrar que efectivamente cree en ella constituyendo una estructura en la que los ciudadanos interesados compartan espacio junto a técnicos municipales y expertos externos trabajando desde una visión convivencial y técnica en los aspectos básicos de revisión del urbanismo. Creemos un foro ciudadano que acometa eficazmente la tarea. Cuestiones tales como el diseño y la movilidad, la trama urbana y el medio ambiente, el desarrollo local y los servicios públicos son fundamentales para el devenir de un municipio y deben ser debatidas desde la complicidad ciudadana y el conocimiento técnico de los asuntos que nos ocupan. La ciudad y el espíritu cívico de sus habitantes lo han de reconocer. El grupo municipal socialista ya se ha puesto a la tarea de entrevistarse con aquellas entidades que tienen cosas que decir en este terreno. Su opinión es muy valiosa para nosotros.