Quién tiene acceso a los datos que obtiene el médico de un paciente? ¿Cómo se tratan esos datos? ¿para qué se usan?. Esas y otras preguntas se plantearon ayer en una mesa redonda sobre la confidencialidad y la protección de datos en la práctica clínica, en la que se puso de manifiesto la necesidad de una ley específica para proteger estos datos que pertenecen a la intimidad del paciente, ya que la actual ley general de protección no se acomoda al ámbito sanitario.

Los datos e historias clínicas de cualquier paciente forman parte del secreto profesional que atañe no sólo al médico, sino a cualquier personal sanitario que trabaje con el paciente. Además, todos los datos, desde el nombre del paciente, hasta su filiación o las enfermedades que padece o ha padecido, pertenecen a la intimidad de la persona y, por lo tanto, son secretos. Sólo pueden acceder a ellos personas o entidades autorizadas por la ley.

Eso no evita conflictos y dudas. Así, al menos, lo expuso el director de la Unidad de Bioética y Orientación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Javier Sánchez Caro, que fue uno de los participantes en la mesa redonda, celebrada en el colegio médico. En su opinión, "tiene que haber una regulación específica que evite situaciones conflictivas sobre la confidencialidad".

Sánchez Caro pone como ejemplo la situación de un psiquiatra al que su paciente le confiesa que trafica con drogas. "Se produce un conflicto entre el secreto que el médico le debe al paciente y el deber de la denuncia ante la justicia". Una regulación específica contribuiría, a su juicio, a resolver conflictos de este tipo y, sobre todo, a salvaguardar la intimidad del paciente.

AGENCIA DE PROTECCION Sánchez Caro aprovechó el foro médico de ayer para recordar que Extremadura carece actualmente de una Agencia de Protección de Datos y de la necesidad de crearla para velar por el buen uso de los documentos que atañen a la intimidad de las personas, incluidos los de su salud.

Asimismo, destacó que la utilización de los datos de un paciente necesitan de la autorización expresa e inequívoca del mismo. Reconoció, eso sí, que no existe motivo para la alarma y que no hay desprotección.

El subdirector de Atención Especializada del Servicio Extremeño de Salud, Juan Carlos Bureo, insistió también en que los pacientes extremeños pueden estar tranquilos sobre la protección de sus datos sanitarios, que en breve se informatizarán en la región con el proyecto JARA. Para ello, la Junta ultima el Comité de Bioética que velará, entre otros asuntos, por la confidencialidad de los datos.