La nutrición de los alumnos y la hora a la que se acuestan tienen una relación muy directa en la evolución de la notas en Secundaria y Bachillerato. Esta es la principal conclusión de una encuesta entre 700 escolares cacereños del instituto El Brocense. Los resultados confirman que el fracaso escolar entre el colectivo de estudiantes que no desayunan y duermen poco duplica al del grupo que come adecuadamente por la mañana y descansa las nueves horas diarias que aconsejan los médicos.En ESO, el 17% de los escolares encuestados no desayunan, bien porque se levantan sin tiempo para ello, al acostarse tarde, o porque no tienen ganas. En Bachillerato, la cifra se dispara hasta el 34%, un dato más del "desorden académico‡" en esta edad, según refleja el estudio. Teniendo en cuenta un nivel medio de estudio antes de los exámenes, si se coloca la lupa en Secundaria y se analizan los escolares que acuden a clase alimentados, se aprecia que el 56% de ellos no suspenden asignatura alguna o solo una. Sin embargo, este porcentaje se reduce a solo un 20% entre los que no desayunan. En este último colectivo, el 80% suspenden dos o más materias. Los porcentajes, con ligeras variaciones se mantienen en casi la misma proporción en Bachillerato.El profesor de Física y Química Pedro Manuel Castela ha coordinado este trabajo, seleccionado por la Obra Social de Caja Extremadura por su interés. Asegura que los resultados de la encuesta en El Brocense son extensibles a toda la Secundaria y el Bachillerato en la ciudad."Un adolescente ordenado que desayuna abundantemente y come durante los recreos algún bocadillo u otro tentempié, si su descanso nocturno es normal, es decir, aproximadamente nueve horas, suele tener buen rendimiento académico‡", explica Castela. Entrando en detalles sobre la nutrición, el profesor estima que "es insuficiente un desayuno a base de líquidos, un colacao, un vaso solo de leche o un zumo; los resultados demuestran que equivale a no desayunar". Por ello, aconseja incluir alimentos sólidos como tostadas, cereales, pan con paté, pan con mantequilla y mermelada, huevos con jamón o fruta.Ello conlleva un fortalecimiento de la atención y el interés en el estudio. Las consecuencias que se pueden observar son las notas obtenidas y el interés que el alumno tiene en estudiar. "Evidentemente que pueden influir otros factores, como es el ambiente sociofamiliar, la inteligencia del alumno o la motivación, pero siempre está todo relacionado", indica Castela.

SUEÑO Otro factor determinante que se ve en la encuesta se refiere a las horas de sueño. En ESO, los alumnos que reconocieron en el sondeo que no desayunan también confirmaron en más del 50% de los casos que se acuestan pasada la medianoche.

En Bachillerato, el número de búhos es mayor. Entre los estudiantes que dijeron que desayunan antes de ir a clase, el 64% se van a la cama a las doce de la noche o pasada esa hora. El porcentaje sube entre los que no desayunan. Al hecho de que no coman por la mañana se añade que un 74% de ellos se acuesta pasadas la medianoche.

"Los cambios producidos en los últimos años en el uso del tiempo libre de forma inadecuada, con un consumo excesivo de televisión, videojuegos e internet, son los responsables directos de ese desajuste", reflexiona el responsable del estudio. Estos estímulos que mantienen despiertos a los jóvenes hasta pasada la medianoche provocan que a la mañana siguiente, a las 7.30, tengan déficit de descanso.

"Hemos constatado que el adolescente que duerme menos de nueve horas pierde atención durante las clases, el sueño y la distracción están presentes, aumentando a medida que avanza la jornada", explica Castela.

Los datos lo avalan. En ESO un tercio de los alumnos que no desayunan reconocen que se sienten cansados en clase y 8% confirman que no se enteran de las explicaciones de los profesores. Entre quienes sí acuden al aula bien alimentados, únicamente un 10% dicen estar cansados y solo un 2% se ven incapaces de seguir la clase del maestro.

COMIDA Volviendo a la alimentación, Castela recuerda que "no desayunar correctamente disminuye la capacidad de concentración y el rendimiento escolar". La atención y la memoria a corto plazo son las funciones que se ven más afectadas por este ayuno. Los niños y jóvenes que no desayunan registran menor velocidad de respuesta en las actividades intelectuales. Tan importante como desayunar bien es comer un bocadillo durante los recreos, o al menos en alguno de ellos, añade. A esto se suma que, cuando acaban las clases, y antes de llegar a casa, bastantes alumnos suelen matar el hambre con golosinas y productos de bollería, productos que no alimentan pero si engordan.