NACIO EN PLASENCIA, 1974
FORMACION ES DE LA SEGUNDA PROMOCION DE LA ESCUELA DE HOSTELERIA DE CACERES. HIZO PRACTICAS EN ATRIO Y TORRE DE SANDE. FUE JEFE DE COCINA DEL HOTEL PIKES DE IBIZA DURANTE VARIOS AÑOS
Francisco Domínguez tiene una ilusión: poner su granito de arena en devolverle al entorno de la plaza de Santiago algo de su antiguo esplendor. Con esta ilusión y con su mujer, Ana Domínguez, abrió hace 8 meses el restaurante Madruelo en el número 2 de Camberos, una calle hasta hace poco decrépita.
--¿Buscó desde el principio esta zona para instalarse?
--Sí. Hubiera sido más fácil en cualquier otro barrio, pero nos gustaba que el lugar tuviera historia y encanto. Además, creemos que esta zona tiene mucho futuro y potencial turístico, aunque aún se está recuperando.
--¿Qué ofrece Madruelo?
--Buen ambiente, buena comida y trato excelente. Nuestro lema es: sofisticada informalidad. Queremos que nuestros clientes disfruten y se sientan cómodos, que piensen que ha merecido la pena gastarse el dinero.
--¿Cómo surgió la idea de darle el nombre de la vieja escuela que hubo en la zona?
--Barajamos muchos, pero mi padre es maestro y me recordó lo de la escuela, que se cerró porque ya no había niños. Es un homenaje al centro y al barrio.
--¿Cómo ve el panorama gastronómico de la ciudad?
--Muy bien. Se están abriendo más restaurantes y eso es bueno. Ojalá lleguemos a ser una ciudad de la que se diga que se come bien, porque es un aliciente.
--¿Cuál es el mayor halago que le puede hacer un cliente?
--Que me quede el plato limpio.
--¿Qué hace al buen cocinero?
--El trabajo y la experiencia. El cocinero actual tiene que ser un profesional, entender la materia prima y saber transformarla, pero también un artista.
--¿Por qué se vino de Ibiza?
--Por cariño al terruño y porque quería criar a mi hijo aquí, darle la infancia que yo tuve. Allí ganaba mucho dinero, he dado de comer a Aznar, a las Spice Girls... Ahora gano menos, trabajo más, pero estoy más contento.