Superdotado, con un coeficiente intelectual por encima de doscientos, astrofísco, astrónomo y compositor de música. Desde su observatorio en Cáceres llegó a descubrir dos astros que giran y se eclipsan cuando muchos astrónomos consideraban que se trataba de una estrella tradicional. El cacereño Francisco Violat Bordonau ha sido toda su vida un genio, y lo sigue siendo, a pesar de que hace poco tiempo --tiene 48 años-- psicólogos gallegos le diagnosticaron el síndrome de Asperger, un tipo de trastorno del espectro autista que suele descubrirse en la infancia temprana, entre los doce meses y los dos años.

En su caso los médicos llegaron tarde, pero fue todo un alivio. "Siempre he sabido que era un niño raro pero no sabía por qué. Siempre he estado apartado de los demás y no me gustaban las mismas cosas que al resto de a los niños. Mientras ellos iban a la feria y se divertían, yo solo veía cacharritos que daban vueltas pero nada más. Ahora sé en qué consiste lo que tengo y todas las piezas de mi vida encajan. Me siento aliviado y más feliz", contó a este diario Francisco Violat.

Nunca disfrutó de su infancia. Cuando tenía nueve años su madre falleció y su hermano y él ingresaron en un orfanato. A partir de ahí comenzaron sus problemas porque la falta de la figura materna le hizo encerrarse en sí mismo. De hecho, reconoce que nunca ha sabido qué significa la palabra amistad porque nunca ha disfrutado de un amigo, solo de su hermano, su único apoyo y confidente: "Siempre me he aislado de los demás. En el orfanato a la gente le castigaban porque hacían cosas de niños con los demás niños. A mí nunca me pasó eso porque yo estaba en mi habitación solo, no me relacionaba con nadie. Después en el instituto igual, siempre he sido una persona rara", reconoce Francisco Violat.

Fracaso escolar

Tiene un curriculum profesional intachable. Ha descubierto varias nuevas estrellas, ha realizado y publicado numerosos estudios fotométricos de cúmulos estelares, ha sido ponente en distintas jornadas nacionales de astronomía, divulgador activo en diversas agrupaciones astronómicas nacionales e investigador invitado en distintos observatorios españoles. Y ha colaborado entre otras publicaciones con la British Astronomical Association', la Asociación Francesa de Estrellas Variables o el European Open Journal on Variable Stars.

Todo ello contrasta con su carta de presentación escolar, ya que solo posee los estudios de Bachillerato: "Siempre me metían en el saco del fracaso escolar, pero era porque me aburría en clase. Mi coeficiente intelectual era mayor que el de mis compañeros, lo que ellos daban yo ya lo sabía, pero nadie se dio cuenta. Todo eso hizo que dejara de estudiar hasta hace un año, que hice un máster en Astrofísica, por fin tengo un título", dice.

Precisamente su comportamiento en uno de esos trabajos llevó a sus compañeros psicólogos a estudiar lo que le sucedía: "Soy individualista. No me gustaba atender a las personas y odiaba las relaciones sociales. Solo era capaz de relacionarme cuando hablaba de los observatorios astronómicos. Además, mi trabajo diario era superior al normal, llegaba a trabajar al 200% unas 18 horas al día. Ellos vieron que eso no era normal y me lo detectaron. Luego la Universidad de Galicia quiso hacer conmigo experimentos porque hay muy pocas personas como yo", recuerda.

Su enfermedad ha propiciado que ahora lleve casi un año y medio en el paro. "Nunca he encontrado un trabajo, siempre me lo han encontrado los demás. He ido a entrevistas pero han sido horrorosas, no me gusta relacionarme con los demás. Soy un genio fracasado. Quizá si hubieran detectado antes lo que tenía habría diseñado mi vida de otra manera", añade Violat.

Terapias

"Desde que sé lo que me pasa ha cambiado mucho mi vida, he aprendido a integrarme un poco", explica Francisco Violat. A partir de ahora comenzará terapias con el servicio de Psiquiatría de la Junta de Extremadura. "Tengo que empezar a hacer actividades, senderismo, ajedrez o cosas que me gusten para obligarme a salir y relacionarme", explica. Para empezar su 'nueva' vida, este sábado, día 10 de marzo, participará en las cuartas jornadas de la Asociación de Familias con Personas del Trastorno del Espectro Autista de Cáceres (Aftea) donde contará su historia. "Es una manera de ayudar a los demás mostrándoles mi experiencia como adulto", indica.

Las charlas se celebrarán en el hotel Extremadura bajo el título 'Tu mundo es mi mundo. Vamos haciendo, vamos creciendo'. Pretenden sensibilizar a la sociedad sobre esta diversidad funcional que afecta a uno de cada 150 niños que nacen. La idea es profundizar en el conocimiento de este trastorno que afecta principalmente a la capacidad de comunicación de las personas que la padecen y ayudarles a conseguir una normalización de sus vidas con su inclusión en todos los ámbitos sociales, según explicó ayer la presidenta de Aftea en Cáceres, Ana Belén Saras Chacón.

Ponencias

Expertos hablarán sobre la inclusión educativa, los paradigmas de la comprensión de la enfermedad y abordarán el "proceso de duelo" que se abre cuando se le diagnostica la enfermedad a un niño, según explica Saras Chacón. Las jornadas están dirigidas a personas y familiares con Trastorno del Espectro Autista (TEA), profesionales y estudiantes vinculados al ámbito de la discapacidad.