Los hosteleros de la plaza Mayor agudizan el ingenio para mantener sus negocios a flote en momentos difíciles como los actuales. La crisis económica, la obra de la ciudadela, y la progresiva disminución de ambiente juvenil han propiciado que los responsables de muchos establecimientos del entorno se hayan lanzado a ofertas más atractivas y a cambiar el enfoque de sus negocios, ahora más dirigido al turismo. Los hosteleros coinciden en que son menos los turistas que se deciden a pasar este año unos días en Cáceres, y los que vienen permanecen un solo día y gastan bastante menos.

Desde que la movida abandonó el centro neurálgico de la ciudad, muchos establecimientos han tenido que cambiar el enfoque, y dirigirlo más al turismo que a la fiesta nocturna, y ahora que han empezado las obras de remodelación integral, muchos han aprovechado el tirón del turismo y dejan atrás la noche definitivamente.

Entre los restaurantes, lo más habitual son los menús del día, más económicos. Este es el caso de El Pato, que mantiene dos menús, el del día y el de productos típicos. "Los turistas todavía piden más el de los platos típicos", asegura Emilio Rey, su propietario.

Sin embargo, otros como El Figón siguen apostando por la máxima calidad y el buen trato al cliente, con lo que consiguen indirectamente darse publicidad. Los más clásicos ofrecen los platos típicos de la tierra y los más innovadores, como Los Portales, han empezado a contratar relaciones públicas. Aun así, los restaurantes de la plaza, cuyo punto fuerte eran las terrazas, las han perdido con las obras, como le ha ocurrido a El Puchero, cuyo servicio de terraza es exactamente igual que en el comedor, pero con la malla de las obras ha perdido atractivo.

BARES DE COPAS A pesar de que la plaza ha ido transformándose en los últimos años cara al turismo, siguen existiendo locales de copas que no han cambiado su actividad y han optado por renovarse.

Unos contratan relaciones públicas para atraer público, otros organizan exposiciones, presentaciones de libros o fiestas promocionales. Este es el caso del bar Aquelarre, cuyos precios son un poco más bajos que los del resto: regalan chupitos, organizan fiestas para promocionar bebidas y el próximo mes de septiembre van a empezar a traer personajes famosos para promocionarse. "Pondremos hasta un photocall ", explica la camarera Tamara Calvarro. Precisamente, hace dos semanas el bar contó con la presencia de varios pilotos de motocross que "estuvieron firmando autógrafos e hicieron una exhibición".

Otros locales como el Berlín, se bastan con ser como siempre para tener clientela, aunque jugando también con los precios, organizando sesiones musicales y modernizando un poco la estética del establecimiento. No hay muchos bares de rock en la ciudad, y ese es el principal atractivo de este local, que cuenta con clientela habitual. "De vez en cuando se dejan caer algunos de los que venían en los años 80", señala Miguel Fajardo, camarero del local.