Como muchos en estos momentos, Quinino, de 29 años, es albañil en paro, aunque, reconoce que él "hace de todo". También ha trabajado en el campo y en este momento, junto a Ana, una estudiante de psicología de 23 años, ha hecho de la risa y el juego una forma de "sacar algo de dinero".

Estos dos jóvenes extremeños le han echado imaginación. Aprovechan los semáforos en rojo para dar rienda suelta a su show y después pasar la gorra . Su caracterización de payaso urbano hace que tanto niños como adultos se sorprendan al verlos. "No es una profesión como tal", lo único que quieren es ganarse un "dinerillo extra". Reconocen que para sacar dinero "es lo más rápido", aunque también que no ganan demasiado. "Si quisiéramos más dinero nos apuntaríamos a teatro y haríamos representaciones".

De todas formas, no solo se dedican a animar los semáforos, también acuden a cumpleaños y han aprendido a hacer globoflexia, "que tiene mucho éxito entre los niños". A Cáceres llegaron hace una semana, pero el punto de partida de su particular ruta de la risa fue Castellón, donde Ana cursa primero de Psicología. Después pasaron por Madrid, Badajoz y sus respectivos pueblos, Talavera la Real y Barbancho.