TAt eso de las diez de la noche del 25 de agosto de 2008, suena mi móvil y Agustín (cuántas atenciones conmigo de este Agustín), 12 años ayudándome para que todo saliera como es debido, es Agustín García quien llama y me dice que fray Pacífico había fallecido. Por unos momentos miro al cielo instintivamente, el mar desde donde yo estoy no me dice nada, pero noto que en el futuro faltará entre nosotros una referencia humana porque se ha trasladado de lugar. Recuerdo entonces aquellas llamadas de Fray Pacifico de hace tanto tiempo o aquellas visitas a Fleming 2, para enterarse de lo que había que hacer para organizar acampadas o para pedir prestado algún material.

Aquel Fray Pacífico, de figura menuda y con una voz muy personal, era por aquel entonces alguien al que incluso alguno de los suyos, consideraban un "fraile heterodoxo", porque además de su vida monástica y de sus misas, quería hacer algo más, ya que tenía una gran vocación por estar cerca de los jóvenes y ayudarles a caminar por la vida, algunos modestamente le ayudamos en aquella época y le animamos, a sabiendas de que él no precisaba ánimos de nadie, pues tenía un gran bagaje propio con los suyos.

Y si no ahí está su obra en Descargamaría y ahí está su trabajo en tantos y tantos jóvenes que se beneficiaron de su vocación, de su esfuerzo y de su cariño. Pues ese Fray Pacifico se ha ido, después de un largo sufrimiento que siempre llevó con gran fortaleza, pero con nosotros ha quedado también ese recuerdo del Parque de Cabezarrubia que tuve la suerte de inaugurar como Alcalde el día 19 de mayo del año 2001, ahí queda entre nosotros el nombre de Pacifico Martínez Ugidos, Fray Pacífico o Pachi como cariñosamente le han venido llamando muchos jóvenes extremeños.

Fuimos conscientes de que con el homenaje que quisimos tributarle aquel día vulnerábamos su natural humildad como persona y como franciscano y puedo asegurar que él era contrario a cualquier tipo de alabanzas que se le quisieran prodigar, personalmente me lo hizo saber cuando puse en su conocimiento que el ayuntamiento de Cáceres, ciudad por la que él había trabajado tanto a través de la formación de los jóvenes, había acordado por unanimidad de todos los Grupos Políticos que componían la Corporación Municipal, que se daría su nombre a uno de los mejores parques de la ciudad al parque del barrio de Cabezarrubia, situado en una parcela de terreno superior a los 19.000 metros cuadrados y que cuenta con un espectacular salto de agua de 132 metros de longitud y 3,5 metros de altura, generando una fuente ornamental única en Extremadura en aquellas fechas y mayor en longitud (aunque no en caudal) que la fuente de la plaza de Colón de Madrid.

Ahí en ese lugar y en el corazón de varias generaciones de jóvenes se queda fray Pacífico y yo hoy lamento que ya no me va a llamar más por teléfono y no me va a poner la mano en el brazo para hablarme quedamente como él lo hacía, pero bueno, yo voy a seguir mirando a lo alto a ver si en alguna de esas estrellas lo encuentro.