Un incendio de difícil extinción arrasó ayer gran parte del interior del viejo matadero, en la carretera de Malpartida de Cáceres. Se necesitaron entre 45.000 y 50.000 litros de agua para evitar que el fuego se extendiera, según informaron fuentes del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios (Sepei).

El fuego se inició sobre las 10.00 de forma accidental por las obras de demolición que se llevan a cabo en el edificio para convertirlo en un centro de ocio. La chispa de una radial podría haber sido el origen del suceso. Las llamas alcanzaron rápidamente el corcho, de unos 20 centímetros de grosor, que recubre las salas que funcionaban como cámaras frigoríficas.

La rápida combustión de este material, altamente inflamable, complicó la extinción del fuego, por lo que la labor de los bomberos consistió en controlarlo mientras se consumía el corcho para evitar que se extendiera a otras naves. El incendio causó densas columnas de humo tóxico, aunque fuentes del Sepei aseguraron que no hubo peligro de intoxicación a la población.

Los bomberos desplazaron tres dotaciones al lugar. A las seis y media de la tarde, el incendio estaba controlado pero no apagado, aunque no había ya riesgo de que se extendiera.