La ley sobre el fumar acabó con las esencias españolas. Ibas por cualquier vía pública y te encontrabas a un obrero abriendo zanjas, siete mirando y fumando y uno comiendo un bocata de tortilla. Ahora esos ejemplares de productor hispano se han olvidado del cigarro y se ponen a cavar.

Está repleta de incongruencias: prohíben fumar en el tren pero no que te apees y te digas: "Voy a contaminar a los de Talavera". Plantea dudas: ¿Se puede fumar en el cielo?. Yo creo que sí, porque los fumadores irán al cielo ya que deben ser considerados mártires. Hay que ver cómo va a complicar la vida de los españoles. Tal y como están las cosas debes reformar el círculo de tus amistades y renunciar a algunas para no tener problemas a la hora de elegir el bar en el que tomarte unas copas o jugar la partida, el restaurante donde cenar y el lado del bingo en el que sentarte.

Incluso antes de hacer el amor con una chica deberás consultarle si te permitirá fumarte el de después. Con lo bien que sienta el de después. Como que algunos hacen el amor para tener un pretexto y fumarse el cigarrillo. Acaso tengas que plantearte cambiar de trabajo. El de barrendero no plantea problemas. El de buzo bastantes. ¡No tires los ceniceros!, que van a ser antigüedades muy bien pagadas.