Sus rastas tienen once años. Apenas se reconoce sin ellas. Confiesa que ha estado tentado en alguna ocasión de decirles adiós por cuestiones de trabajo. «Hay mucho prejuicio». De hecho, confiesa que la última vez que amagó con cortarlas fue hace unas semanas justo antes de que le confirmaron que por fin este año formaría parte del cartel del Womad. Abel López (1980, Cáceres) es camaleónico. Aunque su estilo parece ser claro, él prefiere desafiar a los estereotipos y se atreve con cualquier género. Parte del reggae pero le interesan más ritmos, fusiona funky, punk norteamericano y hip hop. «Empecé haciendo metal, me gusta el reggae pero me interesa la contundencia de las bases de hip hop aunque yo canto, no rapeo», pone de manifiesto.

En Womad se siente en casa. Antes de ser protagonista ha sido espectador. Recuerda las ediciones en las que ha formado parte del público. «Muchísimas». «Yo veía a mis amigos que actuaban y te entra una cosa por dentro que te apetece subirte a ti también», resalta. Ahora le ha llegado el turno y el compositor, autodidacta, no oculta su emoción. «Es una oportunidad, estoy en una nube, es uno de los conciertos más importantes de mi vida, tocar en Cáceres y en Womad es algo grande», apunta.

El cacereño se subirá a las tablas del escenario para grupos emergentes extremeños el sábado a partir de las 19.00 horas junto a otros nombres de la región que ha seleccionado la cita para este año. «Estaré en el escenario representando a gente extremeña, eso me llena más aún», defiende. Tendrá una hora para cumplir el propósito que se ha marcado: hacer bailar a la gente. También desvela que en el show mostrará el trabajo de su nuevo sello ‘Ocean of dreams’. «Va a ser divertido, nos vamos a reír y vamos a disfrutar, estará interesante», añade. GEMA GUERRA