TTtoda una vida de estudiios, esfuerzos y sacrificios para alcanzar una buena formación y una posición disfrutando de su trabajo. Tenemos una juventud con la mayor y mejor formación, pero de las más desilusionadas por la falta de trabajo, pocas perspectivas a corto y medio plazo. Muchos jóvenes, acercándose a la treintena de años tienen que depender de sus familias, sintiéndose mal por tal situación.

La pregunta, al terminar sus estudios: ¿Ahora qué? Son muchos los jóvenes en esta situación. Un ehjemplo que voy a citar es Juan M. Vicente García , que el 8 de febrero ha defendido su tesis doctoral. Como tantos jóvenes, un expediente elogiable: diplomatura en Ciencias Empresariales, licenciatura en Ingestigación y Técnicas de Mercado, licenciatura en Literatura y Literatura Comparada, Licenciatura en Antropología, cursos diversos, CAP, idiomas medios, estancias en Santiago de Compostela, Barcelona y Utrecht, en colaboración con la Universidad de Extremadura, en Nicaragua con jóvenes emprendedores, expediente entre los cinco mejores de su promoción, disfrutando de una beca de investigación de la Fundación Valhondo y Calaff.

Gracias al gran esfuerzo y esa ayuda llegó al término de esta tesis con cum laude. Ante esta situación tan precaria, de trabajo, de medios para investigación, reducción de presupuestos, etcétera, los jóvenes se ven obligados a buscar nuevos horizontes fuera, no solo de la comunidad, sino fuera del país. La administración debería impedir la fuga de tantos jóvenes, pues dentro de pocos años estaremos solo personas mayores. Que los políticos tomen conciencia con medidas para retener el capital humano tan importante para el desarrollo de nuestra comunidad y nuestro país.

*El autor es A. V. de Cáceres