"Impactante, impresionante, espectacular..." murmura el público que asiste boquiabierto al espectáculo de los Bordini en la plaza Mayor, que repetirán hasta mañana a las 20 y 22 horas. Y no es para menos. Michael Bordini se convierte en un hombre araña capaz de trepar por un minúsculo cable sin arneses ni cables de seguridad. "Arriba me siento libre como un pájaro" comenta con tranquilidad el funambulista. Charlie, Jack, Bob y los pequeños Hugo e Isabel, de 7 y 14 años, le acompañan.

Abrieron la actuación del pasado viernes con un número clásico: dos artistas caminan por un cable metálico donde ensayan piruetas. La gente aplaudía sorprendida ante tal demostración de destreza. Conforme avanzaban los minutos, los ejercicios ganaban en dificultad y el número de espectadores crecía. Una gran cantidad de público infantil, acompañados por padres y abuelos, parecían hipnotizados por la magia de la familia Bordini; los comensales de una boda que pasaban por el lugar no pudieron menos que quedarse a presenciar el resto de la actuación. Incluso las cigüeñas se unieron como espectadoras de excepción revoloteando alrededor de la torre metálica, a 45 metros, hasta la que se había encaramado el artista y desde donde agitaba una bandera de la UE. El último número, con Michael subido en una moto y uno de sus ayudantes colgado de un trapecio mientras paseaban por el cable, fue el más aplaudido."Esto no se puede hacer en casa" advertía un padre, entre risas, a su hijo. El primer pase había concluido. En poco más de una hora se celebró el segundo y algunos también repitieron.

Durante el descanso, Michael se quejaba de la climatología ya que "hacía mucho calor, pero eso es normal en Extremadura" y agradecía al público su entrega. "Los cacereños son un público de calidad y estoy seguro de que el número de espectadores incluso aumentará en los próximos shows ". Cuando le preguntan si siente miedo esboza una sonrisa y dice "miedo no, solo respeto por el trabajo". Y es que los Bordini están hechos de una pasta diferente.