Numerosos establecimientos cacereños dedicados a la venta de carne no exponen al público el etiquetado obligatorio sobre el origen del animal, su edad y otras características relevantes. Así lo pone de manifiesto un grupo de ganaderos y carniceros que ha comenzado a sacrificar y vender auténtica ternera extremeña de menos de un año en Cáceres --aseguran que hasta ahora no se hacía--, y que lamentan la falta de información al consumidor para que éste pueda elegir la opción que prefiera.

El problema no es exclusivo de Cáceres, ya que se repite en diversas ciudades españolas salvo las de mayor población. "Lo más triste es que nuestra provincia tiene la cabaña de vacuno más grande del país", lamentan. Hasta ahora, las razas de mayor aptitud cárnica, charolesa y limusina, de origen francés, se criaban en la provincia y se trasladaban vivas a otras comunidades del país, especialmente Cataluña, para su explotación. "En la capital cacereña se ha vendido añojo --ejemplar de más de un año--, como ternera, cuando ésta ni siquiera llegaba al matadero. Su precio, más elevado, siempre ha sido un freno", señalan.

APUESTA POR LA CALIDAD El pasado mes de noviembre se produjo un primer contacto entre un ganadero y un carnicero para sacrificar estas razas de calidad en el matadero, con menos de un año, y venderlas en Cáceres. "El poder adquisitivo se iguala en todos los lugares y decidimos probar suerte", indican. La experiencia resultó tan positiva que otros muchos carniceros se han sumado a la iniciativa. "Al principio sacrificábamos dos o tres terneros semanales, y ahora se han multiplicado", explican.

Los establecimientos cacereños que dispensan esta carne han registrado un aumento de ventas y una mayor satisfacción por parte de su clientela, de ahí el éxito de la experiencia. "El ama de casa aprecia la mejora cuando fríe la carne; no encoge, es tierna", matizan. Todos exponen el etiquetado obligatorio con la fecha de nacimiento del animal, cebadero, explotación ganadera, alimentación, enfermedades padecidas y otros datos. Lamentan que el resto no lo haga, y piden a la Administración más rigor en los controles para evitar estas situaciones.

Además, afirman que el consumidor está comprando en muchas ocasiones ternera de otras comunidades sin saberlo, porque no dispone de la información necesaria. También resulta difícil distinguir la calidad de una y otra carne a simple vista. "O eres un experto o no aprecias la diferencia", advierten. Por ello, recomiendan al usuario que pida el etiquetado en todas las tiendas a las que acuda.