Siempre que se compre un vehículo de segunda mano hay que exigir la garantía correspondiente. El comprador debe probar el coche, no sólo parado sino también en marcha para detectar posibles anomalías ocultas. En el caso de ser víctima de una estafa, la garantía es obligatoriamente de un año. Durante ese periodo, el usuario debe exigir que se repare cualquier anomalía. Si el vehículo ha sido manipulado, la casa vendedora deberá hacerse cargo de los perjuicios que se pudieran derivar para el usuario. Si está dentro del año de garantía, tendrá la obligación de dejar el contador en la situación correcta. De no ser así, el caso deberá ser denunciado ante la jurisdicción correspondiente.

*Presidente de Acuex.