La provincia cacereña y en general toda Extremadura pueden presumir de tener unas casas rurales de muy buena calidad. "Si puntuáramos del 1 al 10, se llevarían un 8 de media", explica el presidente de la federación sectorial, Valentín Flores. Pero lo mejor es su precio, asequible a muchos bolsillos. "Aunque lógicamente existen establecimientos caros por sus altas prestaciones, disponemos de un abanico muy amplio y la mayoría se sitúa entre 42 y 90 euros la habitación doble por noche". Estas dos características, calidad y tarifa contenida, son las que sostienen en plena crisis a un sector donde predominan las empresas familiares.

La geografía cacereña ofrece una "gran variedad de alojamientos rurales, casi todos de nivel medio-alto, incluso sobresaliente en las comarcas más turísticas", subraya Valentín Flores. La piscina es una prestación habitual, pero además algunas casas ya las tienen cubiertas, o incorporan salas de spa, hidromasaje y una amplia gama de servicios como pistas de tenis y paddle. No obstante, entre lo más demandado se mantiene la proximidad a las gargantas naturales de aguas frescas y cristalinas.

Todos los establecimientos ofrecen actividades complementarias de naturaleza y aventura, bien de organización propia o bien contratadas con empresas especializadas en cada comarca, sobre todo en la zona norte. No faltan los paseos a caballo, piragüismo en ríos y embalses, senderismo por enclaves privilegiados, rutas en quad, tirolina, bicicletas de montaña, combates de pin-ball... La experiencia en las casas rurales resulta grata, "muy agradable, por eso el índice de fidelidad también es alto. El que prueba, generalmente suele repetir", afirma el presidente de la federación.

La comida, en cambio, tiene menor demanda, y con la crisis todavía ha bajado más. Los clientes prefieren hacer sus apaños en la cocina, preparar algo rápido o salir a almorzar y cenar. Eso sí, la casa rural que tiene servicio de restaurante suele convertirse en espejo de los mejores platos tradicionales de su comarca, y aporta nuevos elementos en fusiones cuanto menos interesantes, según Valentín Flores.

En familia o en grupo

El perfil del cliente de estos alojamientos es muy variado. Las estancias largas (una semana o incluso más) se corresponden generalmente con familias con hijos que buscan un lugar donde descansar, divertirse, disfrutar del medio ambiente y conocer el patrimonio de los pueblos. También destacan los grupos de amigos que reservan un par de días una casa rural para su uso exclusivo, y parejas que suelen buscar alojamientos de categoría también en fines de semana y puentes festivos.