Para hablar con Gene García (Eugenio de los Reyes García García, Badajoz, 1970) o ver su obra, lo mejor es ponerse de fondo musical My Favorite Things de John Coltrane o Strange fruit de Billie Holiday, por ejemplo. Cantante de blues y música negra, pionero en estas lides en la región, con un programa de radio veterano en Canal Extramadura, El club privado del Dr. G, presenta hoy su primera colección de pinturas a las 20.00 horas en la Sala Pintores. En total, veintinueve acuareles con retratos de grandes músicos de jazz.

-Gene, se le conoce por su trabajo como cantante, su programa de radio, sin embargo, esta es su primera muestra de pinturas. ¿Cuándo comenzó a pintar?

-De pequeño. Yo me crié en el barrio de San Roque en Badajoz, allí había instalado su estudio un pintor franco-español, Angel Luis Pérez Espacio. Con diez u once años, me iba todos los días a su estudio y lo observaba todo. Me dejaba pintar allí con él. Angel Luis es uno de los mejores pintores de la región, yo te diría que incluso nacionales. En el estudio tenía muchos discos. Le encantaba Elvis Presley. Me prestaba treinta o cuarenta discos y me los bebía todos en casa. De ahí, a la música negra. Con el tiempo, conocí a Jam Montoya, noches y noches de conversaciones, cenas, aprendí mucho de él, y me llevó a pintar Black portrait.

-Sin embargo, a pesar de que comenzó tan pronto con la pintura, parece que la apartó, porque se dedicó a la música.

-Hacía pequeños trabajos, pero nunca me lo tomé en serio. Esta es mi primera colección y opté por un método muy difícil, la acuarela, con técnica japonesa, todo se pinta sobre agua y vas haciendo volúmenes, capa sobre capa. Es un trabajo arduo, cada uno de los 29 retratos puede llevarme quince días. Ahora estoy pensando en hacer otra cosa, esta vez en acrílico.

-¿Por qué estos 29 músicos?

-Todos tienen en común las leyes Jim Crow que desde finales del siglo XIX hasta los años 60 del XX aplicaron la segregación racial en Estados Unidos. Estas leyes tienen mucho que ver con ellos, porque todos tuvieron problemas por esa segregación. Yo he intentado plasmar sobre todo la tristeza y profundidad de cada artista. Estos músicos son como los Mozart o los Beethoven del siglo XX.

-¿Y con cuál se queda? ¿Con qué artista y con qué retrato? Y no me diga como los padres, que quiere igual a todos sus hijos.

-¡Yo no tengo hijos, pero es que les quiero tanto a todos! Quizá Billie Holiday es la que más me fascina. Lorenzo Martínez, número uno en sabiduría jazzística y afroamericana en la región, me ha hecho los textos que acompañan a los cuadros. En cinco o seis líneas relata la vida de la persona, cómo era, desde qué punto de vista hacía las cosas. Él dice, «cómo de tanto dolor se puede crear tanta belleza».

-¿Lo dice sobre Billie Holiday?

-De Billie Holiday y de los demás, todos tuvieron vidas turbulentass

-Además de su faceta como cantante de Los inlavables, pintor, actor, tiene su programa de radio desde hace muchos años.

-Comenzé en 2006, debe ser uno de los programas más veteranos.

-Le gusta la radio entoces.

-Me fascina. La verdad es que lo que me fascina es la libertad, crear algo de la nada, ya sea música, pintura, radio, incluso prensa. Es creatividad y, sin eso, la vida no tiene ningún sentido.

-En la radio, precisamente, le oí hablar de su enfermedad, sus sesiones de diálisis, el trasplante de riñón y cómo lo ha superado.

-En 1988 empecé con Los inlavables y hasta el 2000, fueron wild times, nunca estuve pendiente de mí. En 2003, mi cuerpo empezó a decir basta. En 2005, me detectaron diabetes, ve quedé ciego dos veces, estuve en diálisis entre 2007 y 2017 y hace seis meses me hicieron un trasplante de riñón. Me dio un ictus y dos infartos, luego empecé a salir. Durante esos años de diálisis, canté, pinté, no falté a los programas, fue como una huida hacia adelante, hice todo lo posible para olvidar la enfermedad. La cabeza es muy importante, no te puedes achantar, no te puedes venir abajo. Ahora me cuido, tengo el órgano de otra persona y parece que las células tienen memoria, la de la persona que lo tuvo, porque ahora no como carne, sólo verdura, fruta y pescado, parece que era el órgano de un tailandés (risas). HSClB