Alguien engañó a los dos protagonistas, que se dejaron convencer atraídos por el pretexto de un presunto reportaje periodístico de por medio. Craso error. Terminaron ambos en el bar Salas, en el muy cacereño barrio de San Blas, siendo objeto de un emotivo homenaje.

Ni Gerardo Hierro y Enrique Martín lo esperaban. Desde luego que no. Cuando ambos llegaron a ese bar tan catovi en el que se sirven a diario rejos en cantidad y calidad se encontraron con la sorpresa. Allí les esperaban la mayoría de futbolistas --y sobre todo buenas personas-- que durante casi 10 años conformaron un equipo imbatible.

La Quinta del 81 del Diocesano se había reunido allí para rendirles tributo por todo lo que hicieron por ellos: a Hierro como alma máter de ésta y de unas cuantas generaciones más y a Martín como entrenador-educador-amigo de ese puñado de jugadores. Este último fue el hacedor de ese plantel, ajeno a la estructura interna del colegio, por lo demás el de mayor tradición futbolística de la ciudad. Manolo Sánchez y Javi Sánchez , internacionales en fútbol y fútbol sala, son los dos mayores exponentes como triunfadores absolutos. Pero hay más. Mucho más.

Espíritu global

A alguien se le ocurrió aquello de revivir por unas horas el pasado de un grupo unido, sin fisuras, con espíritu positivo. Da igual quién lo promoviera. Faltaron algunos de los exfutbolistas por no poder desplazarse debido a motivos laborales desde lugares como Madrid y Barcelona, pero otros llegaron desde Sevilla o desde el propio Madrid a esta particular fiesta de reencuentro entre esta familia.

Ese equipo lo ganó todo, y no solamente en el campo de juego. En ese plantel estaba el malogrado Rafael Bernal Espada, Fali , siempre presente, siempre entre ellos. Julio , Leo , Pacheco , De la Romana , Abraham , Víctor Gil , Javi Muriel , Enrique Martín (hijo), Palacios , Juanan , Mariscal , Macías , Nacho , Raúl Moreno , Avila ... estuvieran o no, allí no faltó el espíritu de nadie.

"Lo hemos tenido muy presente. Lástima que no esté. Seguimos echándole de menos, claro", dice Abraham, el capitán de aquel equipo, el que repartía el juego junto al inolvidable futbolista que perdió la vida en 2002 en un accidente de tráfico cuando volvía a Cáceres desde Valencia, club con el que firmó.

Fueron campeones durante todos los años en los que esta Quinta del 81 del Dioce participó en los diferentes campeonatos: a nivel local, provincial y regional. Eran incontestables en cuanto a recursos, también como personas. "A nosotros, por encima de todo, se nos inculcaron valores, más que el asunto deportivo. Quien no iba a clase, no iba al entrenamiento o quien no estudiaba no jugaba", declara José Luis Leo, el popular Cinturita, uno de los protagonistas de esta bonita historia y uno de los inspiradores de esta cita tan cargada de emotividad.

Tanto Hierro como Martín estaban especialmente emocionados. A primera hora de la tarde, tras los discursos más o menos informales, ambos denotaban el momento singular que estaban pasando. "Amo al Diocesano", acertaba a decir el técnico mientras destacaba y homenajeaba la figura de Fali al tiempo que subrayaba la filosofía que pusieron en práctica. "Nosotros siempre respetábamos al contrario y al árbitro, teníamos unos valores que no nos saltábamos nunca. Ahí están todos ellos, siendo buena gente en la vida".

"Esto es una inyección". Gerardo Hierro asumía haber llorado cuando se encontró con el homenaje. "Por estas cosas merece la pena seguir. Estamos encantados", decía.

Junio es pródigo en homenajes por jubilaciones. También en efemérides de promociones de estudiantes. Lo del Dioce , un tributo personalísimo.