Dos dotaciones de agentes de las policías local y Nacional tuvieron que intervenir en el altercado que se originó el martes por la tarde en la sala de espera del Materno del Hospital San Pedro de Alcántara cuando los familiares de una parturienta intentaron agredir presuntamente al ginecólogo que la atendía. El facultativo de guardia le había practicado una cesárea de urgencia tras más de 24 horas de parto. El bebé, una niña, nació muerto y, según consta en el parte policial, los agentes tuvieron que intervenir para tranquilizar a la familia después de que el médico les comunicara el fatal desenlace y debió escoltar al ginecólogo mientras abandonaba el complejo hospitalario. La mujer permanece ingresada en el Hospital San Pedro de Alcántara, donde se recupera de la intervención, mientras que el cuerpo del bebé ha sido trasladado al anatómico forense, donde está previsto que hoy se le practique la autopsia. Después se trasladará a Garrovillas de Alconétar, de donde procede la familia, donde se celebrará el funeral.

La familia considera que el médico actuó de forma negligente y ha denunciado los hechos ante el Juzgado de Primera Instancia número 1. Según hacen constar en la denuncia, la mujer ingresó el lunes por la mañana en el complejo hospitalario después de que su médico que la había tratado durante el embarazo comprobara que se había iniciado el parto. El alumbramiento avanzó de forma muy lenta y la subieron a planta hasta en dos ocasiones antes de que el martes por la mañana la bajaran por tercera vez al paritorio.

"No entiendo por qué no le hicieron la cesárea antes, por qué esperaron tanto tiempo", reiteraba ayer Iván Paz, padre de la niña fallecida. Asegura, y así lo hace constar en la denuncia, que el martes por la mañana el latido del corazón del bebé se debilitó tanto que los médicos debieron intervenir para estabilizarlo, aún en el vientre de la madre, tras lo que continuó el parto.

La cesárea se inició pasadas las cinco de la tarde. Fue una intervención de urgencia, según confirmó el gabinete de prensa del Servicio Extremeño de Salud (SES), "al comprobar que se estaba produciendo sufrimiento fetal". Cuando extrajeron a la niña vieron que no había signos de vida y se iniciaron las maniobras de reanimación, que resultaron infructuosas, por lo que se certificó la muerte.

El altercado se produjo en el momento de comunicar la noticia a los familiares de la parturienta --al parecer cerca de una veintena-- que esperaban todos ellos en la sala contigua al paritorio. La noticia generó momentos de tensión que obligaron a intervenir primero a los responsables de seguridad del propio complejo hospitalario y después a dos dotaciones de la policía local y del Cuerpo Nacional de Policía, en total 12 agentes, que permanecieron en el hospital durante más de tres horas.

DESDE EL 2006

El ginecólogo que atendió el parto, por su parte, se encontraba ayer aún afectado por lo sucedido y aseguró que hizo todo lo posible durante la intervención: "Hice lo posible, aunque sobre ese tema siempre quedan dudas", fueron exactamente sus palabras. Y añadió que si hubo o no negligencia "lo determinará un juez". El facultativo indicó, además, que no pretende presentar ninguna denuncia ante las agresiones sufridas por parte de la familia: "Yo no voy a denunciar, aunque creo que sí hay denuncia por parte del jefe de sección. Sé que esto llevará su proceso, pero quiero que pase cuanto antes. Me siento decepcionado por lo ocurrido, son muchos sentimientos los que me surgen", explicó el médico, que aclaró que la agresión fue "principalmente verbal".

Era la primera vez que el ginecólogo atendía a la paciente, puesto que no la había tratado durante el embarazo. "Llevo en el hospital desde el 2006, es la primera vez que tengo una experiencia negativa y me encuentro mal. No quiero entrar en lo que sucedió, no voy a comentar nada de ese tema", añadió.

Por su parte el presidente del Colegio de Médicos de Cáceres, Carlos Arjona, confirmó ayer que los servicios jurídicos habían recibido una consulta al respecto. Arjona dijo "lamentar la situación por la que está atravesando la familia del bebé fallecido" aunque rechazó que "un intento de agresión sea el cauce normal".