Pasadas las dos de la tarde ya estaban vendidas prácticamente las 2.000 roscas de anís a 1 euro, y en la mesa de ofrendas habían volado las Tortas de los Mártires, los coquillos, las floretas, las magdalenas, las roscas fritas, el vino, los embutidos... Todo ello a precios populares. La romería de los Santos Mártires congregó ayer en la ermita del Paseo Alto a unas 2.000 personas, quizás más que otros años, debido al buen tiempo y a la trayectoria ascendente de esta fiesta rescatada en 1980.

«El día ha salido estupendo, hay muchas familias y unas cuarenta personas voluntarias ocupadas de todo», explicó ayer Luis Pedro Cámara, mayordomo de la Cofradía de la Salud, un colectivo que ha intensificado su colaboración en la romería hasta aglutinar todos los esfuerzos para darle realce.

De hecho, ayer se donaron medio centenar de platos a la mesa de ofrendas, diligentemente atendida por Montse González, Maribel Pérez, Esther Arjona, Guadalupe Núñez y Pilar Pérez. «Un ambiente muy bueno», subrayaron. También se agotaron los cientos y cientos de pinchos de queso, tortilla y patatera (100 kilos) que se pusieron a la venta, a 1 euro con consumición incluida, en las dos barras habilitadas en los soportales de la ermita. Todos los beneficios se destinarán a fines sociales. En ediciones anteriores se entregaron a ACISJF, Cruz Blanca y comedor de las Hijas de la Caridad.

La fiesta ya está consolidada tras su recuperación hace 38 años. Incluso gana público por su entorno acogedor, su tipismo y sus posibilidades para los más pequeños, que ayer disfrutaron de hinchables y cars a pedales. «Nos gustaría, si es posible, prolongarla toda la jornada en lugar de cortarla a mediodía», explicó Luis Pedro Cámara, una idea que ha ido cuajando en los últimos tiempos. De hecho, la afluencia fue ayer continua durante la misa, la actuación de la Banda Municipal, las barras, la mesa de ofrendas...

El ayuntamiento se encargó de la logística y los servicios básicos. El concejal de Festejos, Pedro Muriel, manifestó el apoyo municipal «a esta gran celebración popular impulsada por los mayores de Margallo y por nuevas generaciones cofrades, una colaboración que nos ha deparado una jornada magnífica», subrayó.