Las altas temperaturas que todavía se registran en el interior de la factoría de pintura Extremeña de Esmaltes y Barnices de Malpartida de Cáceres retrasarán unos días la investigación, según confirmaron a EL PERIODICO EXTREMADURA fuentes de la Subdelegación del Gobierno. Los grados que aún conserva la fábrica impiden a los agentes estudiar las causas que provocaron el trágico suceso, aunque en principio se barajó un cortocircuito como una de las probabilidades.

Ayer, la Benemérita mantenía precintadas las entradas a la industria. El alcalde de Malpartida, Antonio Jiménez, facilitó a los empresarios una sala de la casa de cultura para que pudieran contactar con los proveedores. Javier Romero, director comercial de Extremeña de Esmaltes, indicó a este diario que algunos ordenadores se han podido salvar. "Estamos organizando y retomando la actividad", subrayó el empleado.

Antonio Jiménez, que pasó toda la mañana en Mérida, contactó con el consejero de Economía de la Junta de Extremadura, Manuel Amigo, a quien le transmitió la necesidad de que el gobierno autonómico ayude a la factoría. El consejero mostró su buena disposición y le comentó que existen líneas de financiación y de ayuda para este tipo de situaciones.

EL TRABAJO

El alcalde malpartideño insistió en que esta empresa era una de las más rentables de la región y la más importante de la localidad. "No podemos permitirnos el lujo de perder 33 puestos de trabajo. En cuanto la investigación esté aclarada --dijo-- las instituciones nos pondremos a trabajar para ayudar a reflotarla".

El espectacular incendio que asoló la industria se produjo el pasado domingo en torno a las doce del mediodía. El fuego redujo a cenizas la empresa. El jefe de fábrica, Santiago Moreno, cifró en 600.000 euros (unos 100 millones de pesetas) las pérdidas sólo en material de pintura almacenado, según recordó ayer el propio alcalde de Malpartida de Cáceres.

La empresa siniestrada está situada en el polígono industrial Las Arenas. En su interior se registraron temperaturas de 1.400 grados y los chalets de una urbanización cercana fueron evacuados. Los vecinos no sufrieron problemas de toxicidad.