La empresa que gestiona el abastecimiento y la depuración del agua, Canal de Isabel II, ha vuelto a avisar esta semana: el embalse del Guadiloba inicia la primavera con uno de sus niveles más reducidos de los últimos años y su capacidad irá bajando. No lo hará tanto como para que haya cortes, ya que mientras que el trasvase del Almonte siga operativo está garantizado el abastecimiento. El aviso no es nuevo ni será el último. No es circunstancial ni provisional, algo que sí era el trasvase que se hizo en 1992 desde el Almonte, en la cola del pantano de Alcántara, al Guadiloba. Sin embargo, hoy se sigue usando y es lo que permite que haya agua debido a lo irregular de las aportaciones de la cuenca de la que se abastece el Guadiloba.

Un ejemplo de la importancia del trasvase del Almonte es que sin él Cáceres se encontraría en situación de prealerta de sequía desde febrero (con 13,7 hectómetros cúbicos en marzo ya se está en prealerta, según el plan de sequías de la cuenca del Tajo. El embalse tenía el miércoles 10,5 hectómetros). En este sentido, de llamada de atención sobre el bajo nivel del Guadiloba, iba el aviso dado esta semana por Canal.

Pero el trasvase del Almonte permite que la situación actual se pueda calificar de normal y que se mantenga así los próximos meses. Siempre que la cota del embalse de Alcántara esté por encima de la 194, desde donde cogen el agua las bombas del trasvase (pueden bajar hasta la 192), la situación es de normalidad, según el plan de sequías. Si baja de ese nivel, algo que ha pasado más de una vez, se entra en umbrales de prealerta, alerta y emergencia en base al volumen del Guadiloba. Alcántara estaba el miércoles en la cota 210.

Aunque el Almonte permite el abastecimiento, no es una solución con plenas garantías si se entra en un periodo más prolongado de escasez de aportaciones al Guadiloba y el consumo en la ciudad, en vez de bajar como en los últimos años, sube. La capacidad máxima de trasvase del Almonte al Guadiloba es de 29.000 metros cúbicos al día. En los últimos meses se ha trasvasado por debajo de esa cifra, aunque desde la próxima semana se llegará a ese máximo. El consumo de agua en otoño, invierno y primavera está entre los 23.000 y los 25.000 metros cúbicos. Pero en verano se sobrepasan los 30.000, el consumo es superior al agua que llega desde el Almonte.

La solución definitiva iba a ser trasvasar agua desde la presa de Portaje hasta el Guadiloba. Tiene a su favor que "la robustez del abastecimiento aumentará considerablemente", como se indica en el plan de sequías, porque se podría llegar a trasvasar agua desde el embalse de Gabriel y Galán. Por ese lado la medida es buena, además se aprovecha una infraestructura infrautilizada como Portaje. Otra cosa es la repercusión que tendría en el recibo traer el agua desde una presa que está a más de 60 kilómetros.

La solución de Portaje y la protección del río Almonte, que fue la primera alternativa que se barajó para el nuevo abastecimiento, se mantienen en el Plan Hidrológico del Tajo, pero Portaje, a causa del tiempo transcurrido desde que se puso la primera tubería, ni está ni ya se espera en Cáceres, como al actual presidente de la Confederación del Tajo, Miguel Antolín Martínez, al menos sus tres predecesores (Llanos, Macías y Gómez) explicaron en la ciudad qué soluciones se estaban dando para sustituir el abastecimiento provisional del Almonte (Alcántara).