El embalse del Guadiloba, del que depende el abastecimiento de agua a Cáceres, se encuentra en estos momentos a poco más del 50% de su capacidad, mientras que el nivel de agua del pantano de Alcántara se mantiene.

No obstante, y aunque son pocas las oscilaciones que el nivel de Alcántara ha experimentado en el último mes, en el que no ha bajado de la cota 195, ésta estaba ayer a 195,57. Esto significa que se encuentra a tan sólo 87 centímetros de la toma de donde se extrae el agua que se lleva hasta el Guadiloba, de la cota en la que se hace aconsejable dejar de trasvasar por seguridad y para evitar daños en las bombas que extraen el agua.

Estas se encuentran entre las cotas 193,5 y 194, pero como explicaron ayer a EL PERIODICO responsables del Canal de Isabel II, cuando el agua del pantano llega a la cota 194,7 hay que dejar de bombear, interrumpir el trasvase de agua al Guadiloba, "ya que hay que dejar un margen de maniobra para no coger aire en el bombeo y evitar que la bomba se rompa".

Los responsables del Canal de Isabel II, empresa que gestiona el suministro de agua a Cáceres, del que también dependen Malpartida y Sierra de Fuentes, confían en que no se llegue a esa cota de 194,7 en la que habría que dejar de bombear, algo que estiman no ocurrirá a no ser que Iberdrola necesite turbinar.

INCERTIDUMBRE Desde el Canal se reconoce que la situación, en estos momentos, no es alarmante, pero sí preocupante, "pues si se llega al punto que hace necesario dejar de bombear estaríamos ante un serio problema". Y es que estar el Guadiloba al 50% de su capacidad supone 10 hectómetros cúbicos, lo que significa que, teniendo en cuenta la evaporación y los metros cúbicos que no se pueden utilizar porque es el fondo del embalse, "de pararse el bombeo desde el Almonte tendríamos agua como para cinco o seis meses".

Es por ello que se sigue haciendo un llamamiento a la concienciación ciudadana sobre la necesidad de cuidar un poco el agua para que la que en estos momentos tiene el Guadiloba se mantenga el mayor tiempo posible por si algún día la cota del Alcántara se quedase por debajo del punto indicado y hubiese que dejar de bombear.

Pese a todo, insisten en mostrar su confianza en que no corra peligro la captación para el resto del verano, que los casi 90 centímetros de cota de margen actuales no bajen y que con el nuevo año hidrológico, en octubre o noviembre, lleguen las lluvias y acabe la incertidumbre.