El embalse del Guadiloba inicia este jueves el año hidrológico con su nivel más bajo en este siglo. En la estadística del Ministerio para la Transición Ecológica no hay un año peor en la serie desde 2000. Hay que remontarse hasta 1983 para encontrar un número más bajo, aunque en la estadística hay un vacío entre 1990 y 1996 en el que no hay datos (en 1992 hubo restricciones que obligaron a construir el trasvase desde el embalse de Alcántara).

El Guadiloba tenía ayer 6,1 hectómetros cúbicos, al principio del verano había 7,5 y no baja más porque se trasvasa agua desde el embalse de Alcántara, cuya cota también se ha ido reduciendo en los últimos meses, en noventa días ha bajado 14 metros. Ahora está en la 199. Por debajo de la 194 es cuando se pasa a considerar como crítica la situación del abastecimiento de la ciudad y se entra en prealerta. El pasado otoño se estuvo sujetando la cota en la 194 durante cuatro meses para no afectar a Cáceres. Este otoño se va por el mismo camino.

En el trasvase desde Alcántara se tiene que acometer una mejora para ampliar la capacidad de traída de agua. Esta reforma, que la tiene que realizar la empresa concesionaria del servicio, obligaría a parar el trasvase y ahora con el nivel del Guadiloba no es lo más recomendable. La empresa explicó el pasado agosto que se esperaría a que el Guadiloba almacenase más agua para empezar con los trabajos. La solución definitiva dependerá de cuándo se pueda acometer el nuevo trasvase, también en el embalse de Alcántara pero a una cota de toma inferior, anunciado el pasado julio.

Con los 6,1 hectómetros que hay ahora y sin aportaciones de Alcántara habría para unos 8 meses de abastecimiento, incluso algo menos. Antecedentes son lo ocurrido en 2012 y 2009. En el primer año las lluvias del otoño salvaron la situación. En el segundo hubo que tirar de real decreto para que Alcántara no bajara más.