43 kilogramos de droga y una docena de armas incautadas es el resultado de la operación Malladas, desarrollada en por la Guardia Civil en Cáceres, Toledo y Madrid, en la que también se han intervenido 319.405 euros y diez vehículos de alta gama.

La delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, junto a responsables de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres, ha informado hoy del resultado de esta actuación, desarrollada el viernes y sábado pasados y que se ha saldado con la detención de 21 personas, diez de las cuales han ingresado en prisión.

Los cabecillas del grupo eran un matrimonio del municipio cacereño de Moraleja de entre 30 y 35 años, según ha precisado el jefe de la unidad orgánica de la Policía Judicial de Cáceres, Héctor David del Vas.

Al clan familiar se le han bloqueado judicialmente bienes por valor de más de un millón de euros.

En la operación han sido aprehendidos 3,9 kilos de cocaína; 71,5 gramos de heroína; 11,7 kilos de hachís; 24,3 kilos de marihuana; 39,5 gramos de MDMA; 935 gramos de anfetaminas y 2,4 kilos de sustancias de corte.

La investigación comenzó en febrero, con la detención en Coria (Cáceres), de varias personas por un supuesto delito de tráfico de drogas, que habían acudido a Moraleja, a comprar estupefacientes.

Además, en abril se halló a unos 300 metros de un control establecido por la Guardia Civil a la entrada de Moraleja, un paquete con 10.060 euros en la cuneta de la carretera Ex-208, dinero que probablemente procediera de la venta de drogas.

Por ello, según ha explicado Del Vas, en la operación se han seguido dos vías de investigación, contra el narcotráfico y el blanqueo de capitales.

La organización contaba con una serie de "pisos seguros" en Navalcarnero (Madrid) y Casarrubias del Monte (Toledo), donde, tras adquirir y adulterar la droga en otras localidades madrileñas, la almacenaban.

Tras distribuirla en dosis más pequeñas, la transportaban por carretera, con "dobles fondos" en los vehículos para ocultarla, y se la repartían al siguiente nivel de la organización.

Con la compra de casas, pisos y fincas rústicas, así como la construcción con materiales de gran calidad de un chalet de 357 metros cuadrados, trataban de blanquear el dinero obtenido de la venta de droga, según ha explicado, puesto que el patrimonio "no se correspondía con sus ingresos lícitos".

A juicio del responsable de la Policía Judicial, "el matrimonio cabecilla de la organización tenía un tren de vida absolutamente impropio de gente que está cobrando el paro".

Ha precisado que las compras las hacían verbalmente con el propietario, sin nada escrito, y se utilizaban niños con edades entre siete meses y diecisiete años para adquirir estos bienes.

A juicio de la Guardia Civil, era una organización "peligrosa", que utilizaba armas y chalecos antibalas para realizar una "intimidación y marcaje del territorio" y "protegerse de otras organizaciones".

"Tenemos constancia de cobro de deudas y de vuelcos, cuando una organización roba a otra la droga y el dinero", ha explicado del Vas, que ha añadido que tenían medidas de seguridad, cámaras ocultas y grabadoras, puertas acorazadas y rejas en los domicilios, "casi un búnker".

El pasado 14 de diciembre, la Guardia Civil llevó a cabo trece registros simultáneos en las provincias de Madrid, Cáceres y Toledo, con la participación de más de doscientos agentes, un dispositivo "sin precedentes" en la provincia cacereña.

Los detenidos, todos con antecedentes y de los que más de una decena pertenecen a la misma familia, se enfrentan a delitos contra el tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

Diecisiete han sido puestos a disposición judicial de la Audiencia provincial de Cáceres y otros cuatro han quedado en libertad en calidad de investigados por motivos de edad y salud.