El juicio que se sigue en la Audiencia Nacional a Pablo Vioque, principal acusado de intentar introducir en 1991 dos toneladas de cocaína por las costas gallegas, continúo ayer con normalidad después de que fuera desarticulada una presunta trama dirigida por el letrado para asesinar al teniente fiscal Antidroga, Javier Zaragoza, informa Efe.

Ayer declararon 15 testigos propuestos por la defensa de los procesados Manuel Vázquez y Juan Carlos Sotelo, Los Piturros , objetivos también de la trama urdida por Vioque.

El primero en testificar fue un primo de Sotelo quien dijo que una persona que "quería echarle una mano" al también procesado Manuel Carballo le pidió que presionara a su familia para que éste renunciara a testificar en contra de los presuntos dirigentes del intento de introducir la coca a cambio de que fuera saldado un embargo que él tenía contraído.

A continuación declararon varios guardias civiles que relataron cómo fueron recogidos en mayo de 1991 varios fardos de cocaína que aparecieron flotando en las playas de Cedeira después de que al parecer el mal tiempo hiciera fracasar el desembarco de la droga que desde Sudamérica traía el Dobell . Finalmente declaró un agente que realizó el atestado de la muerte en Benavente en 1992 de Luis Vilas, tiroteado presuntamente por miembros de la organización colombiana.