Esta extraña palabra de pronunciación obtusa, en un idioma muy gutural, se ha hecho ya más ‘popular’ en España que en Alemania, que es de dónde procede. Y se ha hecho ‘popular’, no precisamente por sus virtudes y encantos, sino por sus connotaciones delictivas, inmorales y corruptas atribuidas a una ‘trama’ --o ‘mafia’-- embadurnada con los lodos del fraude, de la financiación ilegal de un partido político y por las continuas hipocresías de gentes empeñadas en exigir a los demás el ‘cumplimiento estricto de la Ley’, la ‘fidelidad a la Constitución’ y la ‘conservación’ de las tradiciones cristianas, dentro de la unidad nacional, que ellos trasgreden continuamente. De haber existido la ‘trama’ Gürtel en la época evangélica hubiera sido calificada de ‘farisaica’, torticera e hipócrita. De ‘sepulcros blanqueados’ como dijo Jesús de Nazaret.

Para los entendidos, ‘Gürtel’ quiere decir ‘correa’. Pero sin especificar si es por ser ‘correosa’, por ser la ‘correa de trasmisión’ de la inmoralidad política o por su duración en los Tribunales de Justicia; donde lleva ya más de diez años dilatando procesos, inhabilitando pruebas fehacientes y expulsando a notables magistrados de la carrera judicial, por ir ‘demasiado lejos’ en sus averiguaciones.

Descubierta simultáneamente por algunos gerifaltes políticos de la Comunidad de Madrid, por las investigaciones fiscales de ‘Anticorrupción’, por los jueces ya suspendidos de empleo y sueldo y por una nube de periodistas que informaban de los ‘tejemanejes’ de aquellos mismos gerifaltes a los que se intentaba ‘tapar’, durante los oscuros años en los que también empezó la ‘crisis’ económica, a la que se sumaron de inmediato ‘crisis’ políticas, éticas, bancarias, presupuestarias, morales y de honestidad elemental, para poder ocupar cualquier cargo público.

Pronto, el contagio pasó a otras provincias, instituciones y Comunidades Autónomas, presentando síntomas muy graves de infección, que podrían dejar inválida, durante años, a toda la democracia española. Incluso, como esta ‘pandemia’ afecta principalmente a los órganos que sustentan y deben mantener la ‘ética nacional’, la rectitud del comportamiento funcionarial y hasta a todo el sistema judicial; creemos que es urgente poner solución a los futuros males e infecciones mediante un ‘tratamiento de choque’ -- ya intentado varias veces, y siempre interrumpido o frustrado-- con procesamientos y condenas a todo el órgano político infeccionado, y con tratamientos jurídicos individualizados a los numerosos ‘imputados’, ‘investigados’ y procesados que ya han sido aislados en Soto del Real y en otros lugares de rehabilitación.

Muchos españoles de buena fe han llegado a pensar que estas ‘pestes’ públicas son inevitables en un País como el nuestro; acostumbrado durante siglos a soportar la ineptitud de sus ‘gerifaltes’, el clientelismo de las clases bajas y la injusticia continuada entre los ‘estamentos’ superiores; defensores de aquella frase ‘calderoniana’: ‘Al Rey la hacienda y la vida se han de dar…’ Con lo que los miembros del Gobierno y sus amiguetes --que se tienen por ejecutores y servidores de la Monarquía-- se han propuesto quedarse con todo lo que puedan de los impuestos que pagan los ‘súbditos’ e incrementar su propia ‘hacienda’ a costa de ‘cambalaches’ y abusos de poder cometidos en los amplios márgenes de la Administración Pública.

‘Gürtel’ es correa, pero para conducir a los sinvergüenzas a la cárcel.