Héctor Madrigal, técnico de maniobra, afrontó ayer una de las tareas más delicadas de su larga trayectoria al tener que levantar el camión cisterna accidentado en la Ex-100, todavía con miles de litros de combustible en su cisterna. Para ello coordinó el trabajo de dos grúas de 100 toneladas de Caba Elevación con grandes brazos, que permitieron trabajar a cierta distancia del vehículo por si ocurría lo peor. "Ha sido un trabajo de alto riesgo, puesto que si salta una chispa provocada por la tensión de los cables... Además, hemos tenido que esperar a que se hiciera de día para estudiar por dónde pasar las eslingas de nylon, de gran capacidad de elevación. También hemos esperado a que se vaciara un poco la cisterna, porque si la levantamos entera los cables podían romperse", explicó ayer el técnico a este diario.

Finalmente, tanto la cabeza tractora como la cisterna del camión fueron trasladadas por separado hasta unas instalaciones vinculadas a Repsol en Mérida, en torno al mediodía. Un final sin excesivas consecuencias que Héctor Madrigal achacó a la exhaustiva tarea realizada por todos los servicios de emergencia y algún voluntario cualificado que se sumó a estas labores. "Todos han trabajado durante horas", subrayó.