Santiago Pavón es el único concejal de la historia municipal de Cáceres que pasará a la ciencia política, junto a Felipe Vela naturalmente, como ejemplo de rendimiento político para un partido y para sí mismo. Nadie, salvo Felipe Vela otra vez naturalmente, ha obtenido mayores frutos políticos con tan mínima representación en un partido.

Ha conseguido que un partido político casi en el ostracismo por obra y gracia de sus propios errores y de los votantes aparezca casi diariamente en las portadas de los periódicos, cosa imposible para el resto de munícipes.

Ha obtenido el segundo premio en el escalafón: primer teniente de alcalde.

Ha publicitado el programa de su partido sin que le cueste un euro y es su único referente de importancia en las instituciones de la región de Extremadura.

Aunque algunos, los más perjudicados con sus actuaciones y sus palabras, aseguran que está loco, bien sea por su idiosincrasia o por una pose o treta, el caso es que tiene de los nervios continuamente a toda la corporación y parte del funcionarado, ha sacado los colores a muchos y conduce al aplauso, el estupor o el cachondeo al personal de a pie. Por otra parte, da mucho juego a todo el mundo.

A la prensa, a los lectores, a los murmuradores, a los que juegan a la política en los bares. No puede decirse que les haya cogido por sorpresa su actuación pues ya habían tenido cuatro años de experiencias con él, tanto la alcaldesa como IU como Vela. De manera que si está donde está no se debe a que haya engañado a alguien. Será porque muchos han creído que podrían utilizarle.

Conviene recordar que Vela puso como condición para pactar con al PSOE que estos firmaran antes un pacto con IU y Pavón. O sea, que sin Pavón es muy probable que continuara Saponi de alcalde y Vela tuviera la misma o mejor sinecura.