Halcones contra cigüeñas en el vertedero. "Es el momento. Hay que incorporar halcones al nuevo ecoparque para evitar que las cigüeñas vayan a comer allí cuando regresen a finales de noviembre". La propuesta de José María Corrales, profesor universitario y experto en aves, tiene su explicación: la medida ya ha surtido efecto en otros vertederos y evita que puedan ingerir "productos peligrosos como gomas, cuerdas, preservativos o plásticos que tragan o llevan a sus nidos", precisa este especialista.

El uso de halcones para luchar contra la proliferación de aves en los aeropuertos también es conocido desde hace tiempo, recuerda Corrales, que remarca que "su papel no es matarlas sino disuadirlas para que no se acerquen". Estos halcones suelen estar controlados mediante un microtransmisor y basta con soltar un ejemplar, generalmente hembras, para evitar que las aves vuelvan al vertedero a alimentarse.

Corrales propone esta solución para evitar que, con la apertura del nuevo ecoparque, cigüeñas, gaviotas y garcillas vuelvan a ocupar este espacio como ha sido habitual en el antiguo vertedero de la carretera de Badajoz. "Si no ponemos remedio, se acabarán yendo al ecoparque", vaticina el profesor, partidario de que la experiencia con cetrería se incorpore también a otras plantas de residuos en la región.

Otro de los factores detectados por el investigador evidencia un notable descenso en la cifra de ejemplares de la colonia de cigüeñas desde el verano pasado. "La situación ha cambiado drásticamente desde mediados de agosto. Han realizado la migración a sus territorios de Africa y desplazamientos a otras zonas, principalmente del sur de Extremadura", remarca Corrales, que asegura que el censo ronda ahora el centenar de aves, a diferencia de julio cuando se registraban más de 1.500.

Menos ejemplares

Esta significativa bajada ha coincidido con el cierre del vertedero de residuos sólidos urbanos que gestionaba Conyser y que, según José María Corrales, "era considerado como un verdadero paraíso para la alimentación de algunas especies de aves".

La alternativa para que puedan seguir alimentándose es clara: "Que vuelvan al campo a buscar los topillos, como han hecho siempre", afirma el profesor, que recuerda que la alimentación de las aves en vertederos genera problemas como "la proliferación descontrolada de especies oportunistas como estorninos, gaviotas o garcillas, que pueden generar molestias e incluso convertirse en plagas y que cambian su papel y contribución a la lucha biológica eliminando animales dañinos como aliadas del hombre en el control de insectos, roedores o topillos".

Tras haber visitado vertederos en Barcelona, Navarra y Asturias, de los que se han eliminado las aves mediante la incorporación de halcones y azores, Corrales subraya que esta actividad "debe hacerse con rigor", ya que es necesario disponer de los permisos Cites, estar en posesión de la preceptiva licencia y autorización administrativa, además de controles técnicos.

Corrales asegura que en los lugares donde se ha aplicado esta medida no se alteran los porcentajes de éxito reproductivo de cigüeñas y que en el caso de Cáceres es una de las colonias más numerosas.