Carmen Barrios tiene miedo, tanto que se marchará una temporada de la ciudad con su marido y sus hijos hasta que las investigaciones avancen y pueda sentirse más segura. Desde diciembre ha sufrido dos ataques serios contra su patrimonio, el último, el más grave, un incendio en su plaza de garaje que obligó a los vecinos a salir del edificio y que pudo tener mayores consecuencias si los bomberos no hubiesen actuado rápido. La imagen que ofrece ahora el lugar es escalofriante: paredes negras, tuberías y fluorescentes retorcidos, partes del techo desplomadas por el calor y un conducto de gas renegrido a muy pocos metros.

"No sé quien puede querer hacerme daño, nunca he tenido problemas con nadie. Posiblemente alguien que no me mira bien, pero no para esto...", explica en su vivienda, que ya mantiene cerrada con llave. Carmen, de 38 años, reside con su hijo de 12 años y con su nuera en este piso social del número 20 de la calle Miguel Ortí Belmonte, en Mejostilla. Otro hijo y la pareja de Carmen pasan la semana en Toledo y Salamanca, donde regentan empresas de multiservicios (arreglos a domicilio las 24 horas). De hecho, intentaron abrir un negocio en Cáceres el pasado otoño y para ello alquilaron una unifamiliar en Montesol adónde se trasladó a vivir la familia, pero no funcionó y en diciembre regresaron al piso.

"Oí algún comentario del tipo ´ésta es la rica´ , aunque bueno, ya se sabe, sin importancia. Pero un día me encontré una púa de 5 centímetros clavada en una rueda del coche y todo un lateral rayado. A las pocas horas apareció rayada la parte contraria con la palabra ´puta´ . Aún está arreglándose en el taller", relata.

Lo más grave ocurrió hace pocos días. Era medianoche cuando los vecinos despertaron a Carmen a gritos instándola a correr a la calle porque se había declarado un incendio en el garaje. "El humo negro salía por los registros de la luz de todo el bloque, y en el segundo piso era ya asfixiante", recuerda. Pero lo peor llegó cuando se enteró de que había sido provocado en sus dos plazas de garaje. "Alguien juntó tres colchones que yo había bajado para trasladarlos a una nave de mi propiedad, arrimó la moto de mi nuera, y prendió fuego". Pudo ser un desastre, porque en ese momento el garaje estaba lleno de mobiliario viejo, algunos coches (tres de ellos semiabandonados) y varias bombonas de butano, eso sí, vacías. De hecho, el recinto ni siquiera ha tenido nunca luz porque teóricamente solo cuatro vecinos utilizan las plazas.

Cita en el juzgado

Carmen Barrios denunció todo a la policía y la próxima semana debe acudir a una cita en el juzgado. "En cuanto acaben los trámites, nos vamos con mi pareja y mi hijo mayor. Han rayado mi coche y quemado mi garaje, me marcho. Tengo miedo de que el culpable, puesto que no mide lo que hace, prenda fuego a la casa con todos dentro", confiesa.

Los inspectores de la Junta de Extremadura, titular del bloque, han visitado el garaje para evaluar los daños y proceder a su reparación, según informa el Ejecutivo regional en una nota remitida a este diario.

Por su parte, fuentes de la Comisaría han comunicado que están trabajando sobre el asunto y que también se investiga en el entorno del vecindario, si bien de momento no ha habido ninguna detención.