Está convencido de que Cáceres tiene "un núcleo muy bueno de aficionados que sienten el toreo de verdad" y por tanto, llegado a este punto de escasa credibilidad en la organización, Emilio de Justo cree que "hay que empezar desde cero". ¿Como? "En primer lugar, apoyando los festejos taurinos como se hace con el Womad y otros conciertos o actividades", dicho de otro modo "que el ayuntamiento vuelva a ser el empresario de la plaza y ponga al frente a un gerente capaz de organizar buenos festejos".

Después habría que aplicar la fórmula propuesta por De Justo: "imaginación + carteles + precios", y ello con el fin de devolver la afición a los toros ofreciendo buenos festejos a un coste que la gente pueda permitirse. "La fiesta es del pueblo y hay que dar acceso a todos". Sin olvidar, prosigue el torero cacereño, "que esta ciudad en ferias tiene una plaza para dos corridas de toros y una de rejones o novillada, con dos máximas figuras en cada cartel y un torero de la tierra".