En la parroquia cacereña del Beato Marcelo Spínola no son nada habituales los robos, más que nada porque su párroco, Juan Rodríguez Martín, vive allí. En cuanto a la contabilidad, sostiene que no ha notado "un descenso especial en las colectas", quizás "un poco menos pero no en exceso". Normalmente hacen campañas todos los fines de semana, tanto para la diócesis como para el mantenimiento. Por una parte hay cuotas de los fieles y también están las donaciones esporádicas. "La parroquia tiene una deuda muy grande y cada mes tengo que pagar unos 5.000 euros sólo para la hipoteca", informa Rodríguez, quien asegura que "otros 2.000 se van en los gastos corrientes" y que "cuando no se tiene esa necesidad el gasto es menor".