Sara es la dueña de la librería Vicente Libros, que está en Pintores hace 57 años. En un principio era un puesto de plumas que, después, su padre reconvirtió en esta tienda de libros. Ahora, ella ha recogido el testigo del negocio de la cultura. Afirma que "en Cáceres hay mucha cultura, pero de bares, cañas y tapas".

"La situación actual hace que te vayas quitando de cosas, nadie tiene un duro y los libros son prescindibles", asegura. Sara, como todos los comerciantes, sabe que nadie tiene la varita mágica para que crezcan las ventas, aunque opina que sería de gran ayuda que "el ayuntamiento promoviera más eventos culturales, porque no se hacen más que fiestas", y apunta también que "es una pena tener esta ciudad monumental para que la gente la vea desde la ventana de un bar".

Más allá del estado de la calle Pintores, Sara se preocupa por la actitud que se está fomentando entre los cacereños. "No se puede incentivar solo a los bares, también hay otros negocios" a los que un concurso de tapas no les afecta. Con la plaza reformada parece que hay más gente, "aunque otro gran problema es el aparcamiento", apunta Sara, "que dificulta el trabajo de los transportistas", aunque recuerda que eso sucede en toda la parte antigua.