TPtropietario, junto a su socio Manuel Carrión, de la firma Tolentino Haute Hats. Firma de tocados y complementos que no pasan desapercibidos en las pasarelas y en las editoriales en las que aparecen. Ha trabajado en su faceta de interiorista para David Guetta, Rocío Jurado, David de María, Chambao, Khasogui, Oh Marbella..., entre otros. En el libro "Couture Hats" de la casa Harper Design, una de las mejores editoriales del mundo aparece diciendo que nació en Cáceres. Afincado en Sevilla desde hace muchos años, abandera su ciudad allá donde va. Sus creaciones llegan a Australia, Indonesia, Asia, Países Bajos, Francia..., y se ven en las más prestigiosas carreras de caballos, donde las asistentes lucen sus obras de arte.

Parte del equipo de Vogue USA, Nicole Hanley Mellon y Candy Prats Pride visitaron el atelier de Tolentino en Sevilla. Han sido los únicos diseñadores españoles visitados por la prestigiosa casa americana. Desde muy pequeño siempre tuvo un don especial para crear, amable, hospitalario, de estética extravagante, atrevido y en el fondo una persona sencilla y campechana, conversador, de espíritu rebelde, inquieto, muy creativo, trabajador, gran amigo, familiar, generoso, cariñoso, bondadoso, divertido, auténtico, se hace querer. Un encanto de persona, que no olvida de donde viene y me ha encantado conocer. Todo un placer Felipe, me alegro de sus logros y le auguro un futuro lleno de éxitos.

--¿Dónde nace Felipe?

--En Cáceres, el pequeño de dos hermanos, mi padre conductor de autobuses y mi madre modista, ellos siempre se preocuparon de que sus hijos estudiasen y se esforzaron mucho para ello. Tengo gratos recuerdos de mi infancia en Brozas de donde eran mis padres y pasábamos temporadas.

--¿Recuerdos de tu infancia?

--Siempre viví en la calle Hernández Pacheco, entre Colón y el puente de San Francisco. Estudié en el colegio Paideuterion, desde párvulos hasta COU. Mis mejores recuerdos los tengo en ese patio del colegio. Gané varios concursos de manualidades premiados con viajes para toda la clase. Recuerdo entre otros a los profesores Antonio Ruíz, Don Sebastián, Antonio Ballell Candela, Don Salvador, D. Manuel Mariño... En las hogueras de San Jorge les quitábamos las maderas y los muebles a los del Puente de San Francisco, que previamente nos habían quitado ellos, era una guerra constante que terminó con final feliz, gracias a un consorcio que crearon los padres y hacíamos una hoguera enorme entre las dos barriadas. Es una pena que se haya perdido esa tradición, la recuerdo con mucho cariño.

--¿Su adolescencia?

--Entrañable con mis amigos Chema, Antonio, Lau y su hermano gemelo, Fran, Olga..., la primera fiesta de Fin de Año la celebramos en una casita baja del barrio, dónde escuchábamos a Los Cure, Los Smith..., después llegó la época de Juan, Miguel, Curra, Clara, Tati, Julián, Valentín, el pub Tubos... Cáceres lo llevo muy dentro y cada vez que puedo vengo a ver a mi familia a la que adoro. Mi hermano Rafael, médico y mi cuñada Inés, como una hermana y a mis sobrinos Antón y Curro los amo, mis primos Marcial, Tolen, José y Trini, mi tía Quintina y mi vecina Chon.

--¿Un rincón de su ciudad?

--El Santuario de la Virgen de la Montaña. Siempre que vengo a mi ciudad, voy a verla. Siento devoción auténtica y la llevo conmigo siempre.

--¿Un lugar dónde desconectar y recargar pilas?

--Para mí Cáceres es un remanso de paz, pasear por sus calles llenas de recuerdos, con mi familia y mis amigos; pero elijo Villanueva de La Vera con su Cascada del Diablo y la Garganta de los Infiernos en Jerte.

--¿Qué mejorarías en Cáceres?

--La quiero como es y no me gustaría que cambiase mucho. Me gustaría estar más tiempo en ella; pero por temas de trabajo no es fácil. Veo una ciudad más moderna de como yo la dejé, limpia, muy organizada, más europea. El cacereño ha evolucionado muy positivamente y ha cambiado en estos años para mejor.

--¿Trayectoria profesional?

--Después de terminar en el Padu tuve que luchar en casa para convencerles de no estudiar Derecho e irme a Sevilla a estudiar Bellas Artes. Estudié cinco años más dos especialidades, y el doctorado. Tenía claro que no me dedicaría a la docencia y decidí vivir una vida laboral de riesgos, altibajos, empresas de la que he aprendido mucho, lo he pasado genial y no cambiaría por nada del mundo. Empecé haciendo decoraciones efímeras para los locales de moda y en fiestas particulares, escenografías de teatro en Sevilla, en la Costa del Sol... Gracias a mi especialidad en diseño gráfico me convertí en un buen creador de Flyer. Hice trabajos donde me expresaba artísticamente en Madrid, Sevilla, Amsterdam, New York, entre otros. En el 92 fui a trabajar a New York para con el tiempo volver a Sevilla, ciudad en la que me encanta vivir, por su alegría, su gente, su gastronomía, su arte, su cielo. Mi corazón está en Cáceres y mi cuerpo en Sevilla. Amo a mis dos ciudades.

--¿Una pasión?

--Viajar. Ha sido la mejor manera de adquirir cultura, conociendo gente humilde y millonaria, todo te enriquece, de todo aprendes. La cultura la adquieres viviendo, viajando, moviéndote...

--¿Cómo empezó todo?

--Creo que nací para ello. Desde pequeño tuve facilidad para todo lo artístico. Hacía belenes para la comunidad. Mi Madelman estaba modificado, le cambiaba el vestuario e incluso al tesoro le pegaba joyas de verdad mezcladas con cristales que simulaban diamantes. Para mí la clase de manualidades no era una asignatura sino una liberación y todo lo que he ido aprendiendo a lo largo de la vida me ha ayudado mucho en mi nuevo proyecto en la creación de tocados y complementos.

--¿Tolentino Haute Hats?

--Somos Manuel y yo, formamos un buen equipo. Dirigimos, creamos, atendemos. Un trabajo muy entregado y personalizado. Tolentino era el nombre de mi abuelo y es un homenaje a él. Era sastre y fue alcalde de Brozas, de donde yo procedo. Al formarme en la creación de tocados y sombreros en Londres y Paris he comprobado que la memoria genética existe al tener que coger una aguja. La empresa surgió como una necesidad de trabajar y no ser infiel a mis principios de creatividad. Decidí formarme para ello en Saint Martins en Londres y en diferentes cursos en Paris y Londres con los mejores del mundo en el sector de la sombrerería. La nobleza sevillana nos apoyó muchísimo, Los Ybarra, Carlos Telmo, Doña Cayetana de Alba... El primer desfile fue en Sevilla en el Palacio Villapanés gracias a Carlos Telmo y a Alicia Peris, con música francesa maravillosa y quedó todo el público sorprendido. Ahí empezó la firma a posicionarse y a crecer nacional e internacionalmente. En nuestros desfiles presentamos una hipérbole de lo que luego vendemos en nuestro taller. Nuestras piezas son únicas y exclusivas, dando concepto a nuestras obras. Nuestro acabado tiene que ser impecable, es nuestro sello de identidad.

--¿Próximos proyectos?

--Entre otros tenemos la creación de tocados para novias, algo nuevo para nosotros ya que hasta ahora sólo nos habíamos dedicado a las invitadas. Hemos creado la colección Titanic. Inspirada en las joyas del Titanic con cordonería, perlas, plata y latón. Algo de lo que estoy muy orgulloso es la próxima colección que presentamos, Etnic inspirada en el gorro de Montehermoso. Estamos haciendo para un productor de Broadway, Daniel Mañas, el sombrero de la protagonista de la obra Filomena Marturano, doña Claudia Lampacó. Una serie de sombreros para un prototipo de mujer surrealista flamenca, que lo encarna Rossy de Palma. Tenemos un proyecto de hacer bolsos de alta gama inspirados en Extremadura y me encantaría customizar para la pasarela, con todo el cariño de mundo y desde el corazón, que es donde llevo mi tierra, el gorro de montehermoseña. En marzo presentamos nuestra nueva colección en Madrid en Elena Benarroch donde haré, sin lugar a dudas, referencias a mi tierra pues parte de la colección se denomina "Etnia" va dedicada a mi querida Extremadura.