Como era previsible, el pacto con Izquierda Unida que hace dos años llevó a la alcaldía de Cáceres a la socialista Carmen Heras saltó ayer definitivamente por los aires. El gabinete de prensa del ayuntamiento preveía un "campanazo" cuando a primera hora de la mañana convocaba con carácter de urgencia una comparecencia de la alcaldesa en la que anunciaba la destitución del concejal de Izquierda Unida y primer teniente de alcalde, Santiago Pavón. A esa hora, el gobierno municipal ya había cortado el teléfono móvil oficial al líder de IU, símbolo evidente de que todas sus atribuciones en el consistorio habían desaparecido.

La alcaldesa, con semblante tranquilo, acudió a la sala de prensa acompañada por los 10 concejales socialistas de su gabinete y el secretario de Organización de la Ejecutiva Local del PSOE, Vicente Valle. Protagonizaban así una foto inédita que trataba de dar imagen de cohesión en el que, sin duda, era el momento más complicado de esta tormentosa legislatura.

La regidora intervino tras haber pasado una mala noche. El pleno del miércoles, detonante último de la ruptura con Izquierda Unida, había dejado muy tocada a Carmen Heras, sobre todo desde el punto de vista personal. El lamentable espectáculo que el salón de plenos cacereño había ofrecido a la ciudadanía hizo reflexionar a la alcaldesa sobre si realmente merecía la pena gobernar una ciudad en estas circunstancias. Pero tras una conversación con el presidente de la Junta de Extremadura y secretario general de su partido, Guillermo Fernández Vara, Carmen Heras tomaba una decisión determinante: culminar su travesía del desierto en el ayuntamiento, pero sin Santiago Pavón.

Carmen Heras inició su comparecencia recordando que el gobierno de Cáceres se configuró hace dos años merced a los acuerdos que alcanzó con Izquierda Unida y Foro Ciudadano, y defendió "el esfuerzo" realizado para la consecución de los mismos. La alcaldesa justificó su llegada a la alcaldía amparándose en la ley electoral que permitió la alianza de estas tres fuerzas políticas pese a que el PP había sido el partido más votado en las últimas municipales.

Heras reconoció que tomó las riendas del gobierno sabiendo "que iba a ser muy difícil", pero que en aquel momento lo hizo "con un montón de ilusiones y proyectos" y --enfatizó-- con "unos pactos perfectamente medidos y acordados". Sin embargo, la realidad ha demostrado que no era así, que esos pactos no estaban cerrados a la perfección. Y si en febrero el acuerdo con Foro Ciudadano se escindía, ayer terminaba el sellado con IU.

Y terminaba con taxativas frases de la alcaldesa. La primera: "todos habéis sido testigos de la cantidad de trabas que el concejal de Izquierda Unida ha puesto a este gobierno". En este sentido, Heras quiso diferenciar la actitud de Pavón frente a la de la formación que representa. La alcaldesa aseguró que la coalición ha colaborado con el PSOE, incluso agradeció "muy alto y muy claro" su intento de buscar puntos de encuentro.

La dirigente socialista recriminó a Santiago Pavón su falta de responsabilidad en el cumplimiento de sus funciones como primer teniente de alcalde y sus salidas de tono aún siendo la persona que debía sustituirla en su ausencia. Confesó que desde hace dos años "ha bandeado" como ha podido sus desencuentros con Pavón, que ha mirado "para otro lado", que ha perdonado insultos y formas poco elegantes, o "que a veces --añadió-- parezcamos que estamos locos". Y todo --dijo-- porque "nos ha importado más el resultado que las formas".

Sin embargo, esta locura permanente del gobierno cacereño había metido a Carmen Heras en un callejón del que debía salir. La alcaldesa dijo que ha aguantado a sabiendas del desgaste al que se estaba sometiendo, que lo ha hecho por vocación de servicio a la ciudad, por sentido institucional. Pero todo tiene un límite y el de la regidora llegó ayer a su fin cuando sentenció que, en este momento, la actitud de Santiago Pavón "es un obstáculo para el progreso de la ciudad".

Por ello, y "por la dignidad del grupo" que gobierna, anunció que había firmado una resolución por la que revocaba las designaciones efectuadas a favor de Pavón como primer teniente de alcalde, como delegado y presidente de la concejalía y la Comisión de Cultura, y propuso al pleno del ayuntamiento el cese del percibo de las retribuciones que hasta la fecha el líder de Izquierda Unida ha estado recibiendo como concejal de gobierno con dedicación exclusiva: más de 3.000 euros brutos al mes.

Carmen Heras anunció la destitución sin habérsela comunicado previamente a Santiago Pavón, aunque comentó que había llamado a su líder regional, Pedro Escobar, y que en unos días se reunirá con él para debatir "largo y tendido". En este sentido, la alcaldesa no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de que el pacto se retome si Pavón es sustituido por otro concejal de Izquierda Unida. Igualmente, Heras indicó que antes de su comparecencia habló

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