La nueva presa de Portaje estará terminada antes de que acabe esta legislatura, es decir, en el plazo máximo de 17 meses. Tras el primer desembalse del invierno, que obligó a tirar del pantano del Guadiloba el agua que Cáceres consume durante dos meses, la alcaldesa, Carmen Heras, garantizó ayer que las obras estarán terminadas en el 2011 y aseguró que "tiene el compromiso" de la Confederación Hidrográfica del Tajo, entidad responsable del proyecto, "de que se le va a dar un gran impulso durante este año".

A pesar de que el plazo de ejecución de 18 meses anunciado cuando se fijó el inicio de la obra en septiembre del 2007 no se ha cumplido, Heras justificó que "ha habido una serie de circunstancias contrarias al proyecto, que no son achacables particularmente a nadie porque son cosas que pasan", entre las que citó la "complejidad" técnica para salvar los puentes del Tajo y "una serie de problemas con la propia empresa que ya están salvados" y que ayer no concretó.

En cualquier caso, el mensaje de la regidora a la confederación fue ayer claro: la nueva presa tiene que estar acabada "cuanto antes", aunque dijo que "es consciente de que el proyecto tiene unos tiempos de ejecución". Apuntó que "le habría gustado que las obras hubieran ido mucho más rápido y que los plazos marcados se hubieran cumplido", pero puntualizó que "está acostumbrada a trabajar con lo que tengo y a no lamentarme de lo que no ha podido ser".

Heras avanzó también que responsables de la confederación visitarán, en una fecha que no precisó, las obras para conocer cómo se están desarrollando. "Les voy a trasladar que hay que conseguir un buen servicio del agua y las condiciones para que Cáceres no perciba nunca la escasez y concienciar a la ciudadanía de que hay que saberla utilizar porque es un bien escaso", subrayó, recordando que la ciudad "ha crecido mucho", pero con el mismo abastecimiento.

Ante la posibilidad de que se produzca otro desembalse si vuelve a llover con fuerza y se pierda más agua para el consumo, Heras respondió que lo recibiría "con total normalidad porque es lo que tenemos", en alusión al pantano del Guadiloba, que se ha quedado pequeño cuando, como en este invierno, se producen lluvias muy seguidas. El dato objetivo es que solo han hecho falta 15 días de agua para que el embalse esté a rebosar, con una capacidad cercana a los 20 hectómetros cúbicos.

Heras, que prefirió hablar ayer de "aliviadero" y no de "desembalse", recordó que estuvo informada en todo momento de cómo se llevó a cabo éste durante la madrugada del pasado martes. "Tanta agua entraba como salía. Tampoco ha sido tirarla por tirarla, sino para que no sobrepasase los límites adecuados del embalse para evitar cualquier catástrofe" subrayó.

En este sentido, añadió que el trabajo de los técnicos en el primer desembalse "se ha hecho con muchísimo cuidado y cautela, y se ha ido aliviando para que el agua que entraba, saliese". A pesar de ello, reconoció que "le daba lástima" haber tenido que vaciar parte del pantano "cuando hace tiempo estábamos pidiendo que lloviera" e insistió en la idea de que, cuando Portaje esté operativo, "estas situaciones no se volverán a dar".