El futuro del bloque C de la calle Ródano, el mayor foco de marginalidad en Aldea Moret y el más conflictivo de la ciudad, se dilucidará la próxima semana. La alcaldesa Carmen Heras se mostró ayer partidaria de reformarlo y anunció que una comisión de políticos y técnicos del ayuntamiento estudiará si el inmueble, en el que ya solo viven tres familias, se mantiene en pie para rehabilitarlo o es demolido. La decisión definitiva sobre este edificio de viviendas sociales de propiedad municipal, que construyó la Junta a finales de los 80, pondrá fin a años de deterioro, agravado por la acumulación de basuras y los numerosos destrozos en pisos y zonas comunes.

Paralelamente, el gobierno local está a la espera de completar el desalojo completo del edificio tras haber acordado con los inquilinos el traslado a otras viviendas municipales en la misma barriada. "Los expedientes y la parte legal para que las viviendas queden vacías están ya listos", indicó Heras. En dos de estos tres casos ya tienen asignada la casa y con el tercero se negocia una permuta que se cerrará en los próximos días, según precisó la concejala de Asuntos Sociales, Marcelina Elviro.

A FALTA DE LA FIRMA De esta forma, el ayuntamiento no tendrá que recurrir a desahucios para que estas familias abandonen el bloque, a pesar de que los servicios jurídicos municipales hayan iniciado ya el procedimiento. "Las viviendas ya están escrituradas. Ahora solo falta que firmen", apuntó Elviro.

Sin embargo, y aunque los informes municipales recomiendan que el inmueble se tire por el alto coste que supondría su rehabilitación --entre dos y tres millones de euros--, la alcaldesa se mostró partidaria de que se reforme para otros usos que no sean de vivienda. Planteó la posibilidad de convocar "un concurso de ideas" para rehabilitar el edificio y solicitar ayudas a los Ministerios de Vivienda o Fomento. "Se dan subvenciones para situaciones similares", dijo.

En todo caso, afirmó que escuchará a los técnicos, pero que "no le molesta" la idea de rehabilitación del edificio, "siempre que lo hiciéramos para algo que realmente fuera operativo para el barrio. Si técnicamente me demuestran que sería mejor tirarlo, tampoco pasa nada", añadió Heras, que también aludió a la necesidad de estudiar el coste que supondría arreglarlo.