El equipo de gobierno de Carmen Heras aprovechará los meses de verano para estudiar las reivindicaciones de las asociaciones de vecinos a fin de que "en septiembre haya una política directa orientada a atender las necesidades de cada uno de ellos".

Preguntada por EL PERIODICO sobre las peticiones de los presidentes vecinales en el sondeo publicado en este diario ayer, la alcaldesa aseguró que una vez que todos los concejales tengan sus cometidos definidos --lo que se producirá en el pleno de esta semana--, pedirá a los ediles de Asuntos Sociales, Infraestructuras y Participación Ciudadana, fundamentalmente, "que se comprometan con la tarea de chequear los barrios y establecer un orden de prelación en función de cómo se encuentre el presupuesto municipal".

Heras afirmó que muchas de estas reivindicaciones "ya las conocía". Además recordó que el contacto con los presidentes vecinales era uno de sus compromisos electorales y asumió que todos los barrios tienen dificultades: "unos porque son muy grandes, otros porque sus problemas tienen un gran impacto, los nuevos porque carecen de algunos servicios y los viejos por las necesidades específicas que tienen", dijo.

PAELLADA EN CASTELLANOS La alcaldesa realizó estas declaraciones en la sede vecinal de Castellanos, que ayer cerraba su semana de fiestas con una paellada a la que estaban invitados todos los residentes del barrio y a la que Heras asistió con parte de la corporación municipal.

La directiva de la asociación de vecinal de Castellanos había apostado este año por sustituir la tradicional barbacoa de fin de fiestas por una paellada para que que ningún vecino tuviera que renunciar a disfrutar de la jornada festiva por atender la plancha . Por ello ni siquiera la paella se cocinó allí, sino que encargaron 300 raciones en un catering con la que el presidente del colectivo, Enrique Moreno esperaba saciar el hambre de las cerca de 400 personas que esperaban que pasaran ayer por allí.

La respuesta de los vecinos a la nueva propuesta fue tan multitudinaria, que en ocasiones la cola para recoger el plato de paella --acompañado de bebida y pan-- alcanzaba hasta la puerta del local. "Este año se han volcado con todas las actividades", afirmaba el presidente vecinal, que hace un balance "muy positivo" de esta semana de fiestas.