Los concejales del grupo municipal socialista acudimos la pasada semana a la inauguración del Garaje 2.0. Se trata de un edificio espectacular con unas posibilidades impresionantes. Esperemos que cumpla su cometido y que se convierta realmente en un polo de desarrollo en el ámbito de la innovación y el conocimiento. En los protocolarios discursos inaugurales echamos en falta la alusión a la corporación anterior, e incluso a la anterior de la anterior, por el trabajo que llevó a abrir el Embarcadero y que ahora ha llevado a la puesta de largo de este nuevo edificio. Ninguna mención a Víctor Santiago, que como anterior concejal de Innovación fue sin duda un pilar clave en la concepción de este proyecto.

En el último pleno municipal recordé al actual equipo de gobierno algunos de los logros de la legislatura presidida por Carmen Heras. Muchos son los proyectos que aún hoy continúan siendo objeto de controversia pero que vienen de etapas anteriores. En estos años de gobierno convulso de Rajoy hemos acuñado una acepción en clave política del término herencia que conviene ser utilizada con cuidado no vaya a ser que termine volviéndose en contra. A diferencia de lo que un responsable municipal debería hacer, encontramos poca altura institucional en el reconocimiento de logros.

Porque herencia para el actual gobierno local son muchos proyectos. Al Garaje 2.0 le podemos añadir la Plaza Mayor, o el proyecto finalizado para la construcción del vial de Cáceres el Viejo que no cansan en atribuirse, o el ascensor de Obispo Galarza, al que solo hubo que colocarle unos graffitis, o las mejoras que derivan del contrato del agua del que renegaron y que ahora no dudan en utilizar.

Sin embargo, esa herencia en positivo parece no existir, y tendemos de forma maliciosa a la acepción negativa del término. Así no avanzaremos nunca, porque los proyectos y las iniciativas no se conciben para gloria del alcalde o concejal de turno, sino para el progreso de la ciudad. De ahí que nunca esté de más reconocer que el trabajo anterior existió. Por eso es justo recordarlo siempre.