La cara de Domingo Carretero Campón, de 44 años y vecino del número 31 de la Ronda del Carmen, muestra signos evidentes de los daños por el fuego que el pasado 24 de mayo se originó en la cocina de su domicilio. Estaba calentando cera en la vitrocerámica y su alta temperatura afectó a la campana. Cuando quiso retirar la cazuela, un fogonazo le alcanzó dejándole quemaduras leves en el rostro y de segundo grado en dos dedos de la mano izquierda.

La rápida intervención de los vecinos, que colaboraron en la extinción del incendio, evitó males mayores mientras los bomberos penetraban en el piso minutos después para colaborar en las labores de extinción.

Pero lo que parecía un accidente doméstico sin consencuencias ha convertido a Domingo Carretero en el herido invisible . Su nombre no aparece en el parte de incidencias de la policía local del día siguiente, en el que ni siquiera se hace mención a la existencia de un herido, una omisión cometida también por este diario en la reseña informativa del suceso. "Fueron los vecinos los que me llevaron al hospital para que me atendieran. Salí por la puerta del portal, pero nadie debió verme", dice, para agradecer la ayuda y aclarar que siempre estuvo allí.