La congregación religiosa de las Hermanitas de los Pobres pondrá en venta el edificio de la avenida de España donde está ubicada su residencia de personas mayores, según confirman las religiosas. La noticia de su marcha saltó ayer a la opinión pública cuando comunicaron que dejaban Cáceres ante la falta de vocaciones y que abrían las negociaciones para que una empresa privada gestionara el centro.

Ahora avanzan que definitivamente se trata de una venta del inmueble pero que eso no cambiará el uso del edificio puesto que debe destinarse a residencia. «Aquí nunca podría levantarse un hotel», reiteraron. No obstante, quisieron lanzar un mensaje de tranquilidad. «Vamos a empezar los primeros trámites, pero de momento todo sigue igual. Nosotras continuamos al frente de la residencia y al cuidado de los usuarios».

La congregación insiste en el motivo fundamental que la lleva a tomar esta decisión: «No podemos seguir. Somos diez religiosas y con ese número nos resulta imposible mantener vivo el espíritu de la congregación. Tenemos que agrupar fuerzas de hermanitas, trasladarnos a centros donde seamos más, puesto que nuestra finalidad no es solo mantener residencias».

Reitera que «el edificio es propiedad de la congregación y nuestra idea pasa por venderlo a una empresa que lo siga manteniendo como residencia. De todas las maneras -añaden las mismas fuentes- no podían dedicarlo a otra actividad que no fuese esa. No puede llegar una empresa, comprarlo y hacer un hotel; eso no. El inmueble está catalogado para su uso actual».

Añaden que «la finalidad es vender el edificio con la actividad que tiene en la actualidad, manteniendo a las personas que atiende y haciéndose cargo del personal asalariado, en ambos casos en las mismas condiciones económicas».

La congregación indicó que su política es que las personas mayores que están en el centro aportan el 85% de sus pensiones como pago. «Se trata de pensiones mínimas, una media muy baja porque nosotros nos dedicamos preferentemente a los pobres».

Las Hermanitas, una orden nacida en Francia, atienden a 94 personas y disponen de 43 empleados. Sobre estos últimos indican: «Mantienen las condiciones laborales con el salario que estipula el convenio», aunque lógicamente no desvelaron de qué cantidad se habla. Dijeron que cuentan con auxiliares, personal especializado en geriatría y enfermeros, pero tampoco dieron más detalles del catálogo de puestos de trabajo.

OFERTAS / De la misma forma, no quisieron avanzar por qué cantidad venderán el edificio. «No podemos decir el precio ni tampoco podemos ponerlo, hay que pedir una tasación. Nosotras lo que hemos hecho ha sido comunicarlo oficialmente, estamos en trámites de venta y ya hay personas interesadas, hay ofertas. No tenemos más que decir».

Las religiosas muestras su pesar por tener que abandonar Cáceres. «Nos da pena, pero nosotras tenemos una vocación. El Señor nos ha llamado a servir a los mayores, a los más necesitados. Nos cuesta dejar a los ancianos, pero también lo comprendemos y entendemos porque queremos vivir una vida consagrada y en estos momentos no podemos mantener el espíritu de nuestra fundadora, un espíritu de familia».

De las diez religiosas que viven en el centro de la avenida de España, dos de ellas están en silla de ruedas y una tiene muy avanzada edad. Sobre su futuro, la congregación apunta que en España cuentan con 26 casas más además de la de Cáceres, pero que son una orden internacional, de modo que están implantadas en lugares como Estambul, África o Portugal.

En cuanto al tiempo que se alargarán las negociaciones, la congregación comenta: «Eso no lo sabemos, no se puede prever. Son cosas largas y son necesarios muchos papeles».

Las Hermanitas de los Pobres se establecieron en Cáceres hace 141 años y ofrecen un servicio en el que alternan la atención permanente y el centro de día.

La reacciones al anuncio de la marcha de las Hermanitas de los Pobres llegó ayer por tres vías: el ayuntamiento, la Junta y el obispado. Andrés Licerán, portavoz del gobierno, explicó: «Nosotros nos acabamos de enterar, lamentamos lógicamente que una institución cierre y además con una trayectoria consolidada en la ciudad. Esperamos que no haya ningún problema para la atención que se presta a las personas mayores en ese centro».

Licerán añadió: «La información que tenemos es que todavía no tienen decidido cómo se va a hacer el proceso, y cuando ellos decidan nosotros podremos opinar, pero a día de hoy es una mala noticia. Estaremos muy atentos para que ningún anciano después de esto tenga un problema de subsistencia en su día a día». Informa Lola Luceño.

Desde la vicepresidencia segunda y Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura se respondió: «De esa marcha nos hemos enterado por la prensa y aún no se han dirigido a esta consejería para evaluar la situación».

El obispado, finalmente, avanzó que no había nadie disponible en el día de ayer «para valorar la situación».