El glamour es un anglicismo que designa la belleza elegante y sofisticada característica de las estrellas de Hollywood de los años 30, 40 y 50. El glamour es el resultado del trabajo de un equipo de profesionales altamente cualificados: maquilladores, peluqueros, modistos de alta costura... Hubo un tiempo en que Cáceres escribió la palabra glamour con letras mayúsculas.

A Otilia Blanco todos la conocen por Chiqui. Nació en el número 2 de la calle de la Clavellina. Su madre se llamaba Serapia y procedía del Casar. Su padre, Adrián, fue uno de los ebanistas más conocidos de la ciudad. En la guerra y la posguerra llegó a tener en su carpintería de Diego María Crehuet hasta 40 oficiales.

Otilia fue a las Carmelitas, con la Madre Pujalde y la Madre Amalia, que eran muy majas. Tras la Comunión dejó el cole: le diagnosticaron un tumor blanco en una pierna y pasó su niñez entre escayolas y operaciones en Madrid.

Sin embargo, Otilia, todo superación, ha trabajado durante 47 años. Pero vayamos al comienzo: en casa de los Blanco eran, con Otilia, nueve hermanos: Nino, Rosita, Carmen, Pepi, Elías, Teodoro, Rufino y Candi. En los años 40, la peluquería de más fama de Cáceres eran Las Manolitas, que estaban en la Clavellina. Así que el padre de Otilia pensó que una peluquería podría ser un buen negocio para sus hijos. Entonces decidió enviar a su hija Rosita a Madrid para que se formara durante un año con Alfredo, un peluquero muy conocido que trabajaba en la Gran Vía.

De vuelta a Cáceres, en 1948, se abriría en Moret, en el edificio de la Banca Sánchez, Peluquería Rosita. La decoró Antonio López, un decorador muy reconocido de la ciudad. Y claro, fue un boom; tenía dos espejos, dos sillones de barbero, un lavabo, sala de espera y teléfono de tres números.

La peluquería la llevaban Rosita y Carmen. Cuando Rosita se casó con el futbolista Vicente Romero y se fue a vivir a Madrid, el resto de hermanos decidió continuar con la empresa familiar, a la que pondrían por nombre Hermanos Blanco: la peluquería que durante seis décadas marcaría una época de arte y de glamour y que, sin duda, crearía escuela.

Nino, Candi, Pepi y Chiqui también aprendieron el oficio. Pasaron por la academia de Carlos Viadero en la Puerta del Sol, dejaron la casa de los Sánchez y en Cáceres abrieron dos peluquerías, una en Doctor Marañón (la decoró Dan, que trabajaba con Tomás Civantos). La otra en el edificio Norba (la decoró Antonio López). Era tan bonita que la gente entraba a verla como si de un museo se tratara: paredes de terciopelo verde agua, ocho tocadores, secadores, lavabos, la sala de los tintes, la máquina registradora, pósters de modelos peinadas con las últimas tendencias. La peluquería sigue abierta y ahora la lleva Raquel Blanco, sobrina de Chiqui.

Era el Cáceres del Avenida, Acuario, Dallas y el Oasis, con Loli Romero, Loli Rodríguez, Miguel Corrales, Purita Alonso. Hermanos Blanco causaba furor: las Montenegro, Florinda Chico, Mercedes Pulido, Adelaida Sánchez, Matilde Muro, María Fernanda Mogollón... y tantas clientas. Las oficialas Isabel, Maruchi, Toñi, Nieves, Merche, Mariluz, Tomasi... Desfiles en Madrid, peinados de fantasía, el rubio ceniza, ondas con tenacillas, horquillas, cepillos... La peluquería, en fin, como un arte.

El glamour del peperío

Esta semana el peperío se dio un garbeo por Madrid. Fueron su rey, José Antonio Monago, su valido, Fernando Manzano y, cómo no, el mito: Juan Parejo. Estuvieron con Gallardón. Hablaron del AVE y luego le dieron un regalo al alcalde de la capi . ¿Y qué le regalaron?: ¡atención¡: una bolsa con un lomo, un salchichón y un chorizo.

La musa del peperío , Elena Nevado, no fue porque estaba en la Feria del Stock que ha llenado de rebajas el Serrano Macayo. Madre mía, estaban todas como locas: Elena compró ropa a sus sobrinas de 4 y 6 años, Carmen Heras, la alcaldesa, se compró unos zapatos, Carmen Lillo, como siempre, vio todos los sombreros aunque al final se llevó una blusa colorista, Marcelina Elviro, unas tazas de té, y Javier Sevilla dos pares de zapatillas.

Juan Carlos Blanco, Elisa de Sande, Aurelio Blanco o Angel Sotomayor (preciosos sus grabados de Cáceres), participan en 2016 miradas , la exposición del Ateneo de Esteban Cortijo. Estuvieron la alcaldesa, María José Casado, Cristina Caballero (jefa de prensa del 2016, bienvenida), Juani Vela (la hermana de Felipe)...

En Belle Artes, templo de la gauche divine , el colectivo Left Hand Rotation sorprende con sus montajes de video, todo un tirón de orejas a quienes manchan el planeta. Estaban Yiyo, Paco Lobo o Manuel Sordo, de la galería Acuarela de Badajoz.

Termina la sesión funk en Babel. De madrugada, sobre la mesilla, Mis inmortales del cine: Hollywood años 50 , de Terenci Moix. En sus páginas: colorido y seducción. Y es que donde se ponga el glamour de los Hermanos Blanco que se quiten el lomo del peperío y la blusita de Carmen Lillo.