Si todos los guardia civiles que cumplen tres años de ejercicio en el País Vasco tienen la concesión de la Cruz de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil con distintivo blanco, haber sufrido un atentado ¿no haría al afectado merecedor de la Cruz con distinto rojo?

Cecilio S. A. consideró que sí y por ello luchó durante años por el reconocimiento que estimaba merecía. Su lucha le llevó incluso hasta la Justicia, pero recientemente ha visto definitivamente perdida su batalla. La Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJEx ha desestimado el recurso que presentó contra la resolución del 22 de julio del 2008 dictada por la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, desestimatoria de su solicitud de concesión de la cruz con distintivo rojo, y no va a apelar.

El elude hablar del tema, "pues lo que quiere es olvidar", señala su abogado, Bartolome Quero de Sevilla, quien en su nombre manifiesta a este diario que tras lo ocurrido "Cecilio dejó el Cuerpo y prefiere no recordar".

El próximo mes de julio hará 29 años que ocurrió el atentado del que fue víctima Cecilio S. A. Tuvo lugar, como así se recuerda en la sentencia de la Sala del TSJEx, el 5 de julio de 1981, cuando a las seis y media de la mañana dos vehículos del Subsector de Tráfico de la Comandancia de Guipúzcoa fueron objeto de un atentado terrorista en el kilómetro 476,800 de la carretera nacional que comunica Madrid con Irún. El impacto lo sufrió el segundo vehículo en el orden de marcha, resultando muerto uno de los agentes que viajaban en él y herido grave el otro.

El primer coche no se vio afectado, si bien se detuvo y los agentes del mismo, entre los que se encontraba Cecilio S. A., bajaron, y dispararon varias ráfagas con sus armas reglamentarias hacia los terroristas, "con lo que evitaron que el compañero que estaba herido en el suelo fuera rematado, algo que solían hacer los terroristas de ETA".

Una petición desestimada

Cecilio recibió, por su actitud en aquel suceso, la Cruz de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil con distintivo blanco, "pero solicitó que le concedieran la Cruz con distintivo rojo, pues la de distintivo blanco se concede a todos los guardias civiles que cumplen tres años de servicio en el País Vasco, hayan o no arriesgado sus vidas, y, además, la cruz con distintivo rojo tiene una paga, mientras que la de distintivo blanco no", señala su letrado.

El coronel jefe de la Comandancia de Guipúzcoa desestimó su petición, y ahora lo ha hecho la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJEx, que argumenta que "corresponde a la Administración conceder estas medallas, y para ello se sigue un protocolo muy detallado que comienza con la propuesta para la medalla por parte del Jefe del centro, o unidad de la Guardia Civil, al que afecte directamente el hecho objeto de la propuesta", lo que en este caso no ha ocurrido.

Así están las cosas y así se van a quedar, pues Quero de Sevilla ha reconocido a este diario que no van a apelar, "ya que lo que Cecilio quiere es olvidar". Y es que tras el atentado, recuerda su letrado, estuvo de baja por una depresión de la que no se recuperó del todo y que le llevó a dejar el Cuerpo. "Se salió del Cuerpo, se vino con su mujer y sus dos niñas a nuestra región, montó un negoció de hostelería, y ya lo que quiere es olvidar y seguir con su vida".