Un exdiputado de la Asamblea de Extremadura ha reclamado ante la justicia una indemnización de cien mil euros por cesar en su cargo. Los medios de comunicación y los políticos, incluidos los de su partido, han puesto el grito en el cielo escandalizados como si quisieran hacernos ver que no están de acuerdo con tal decisión.

A buenas horas. El señor exdiputado podrá recibir el calificativo moral que cada cual le quiera poner, pero está en su derecho porque él y sus colegas aprobaron un reglamento en uno de cuyos artículos (Cap.2º, art. 22, apar. 4) se dice que la mesa establecerá una paga llamada pudorosamente "asignación de transición".

De manera que esos políticos no tuvieron ningún reparo en ponerse tal indemnización y nadie dijo nada. Para mayor escarnio, sin que lo contemplara ningún artículo estatutario ni el reglamento de la cámara, la Mesa de la Asamblea indemnizó a todo el que había tenido dedicación exclusiva, la mayoría casualmente miembros de la Mesa incluido el presidente hace unos años.

Es decir, que además de cobrar más que nadie encima se indemnizan y alguno "transitó" hacia el Congreso de los Diputados a por otra indemnización . De esto tampoco nadie dijo nada. ¿A qué viene ahora el escándalo si no es para callar las bocas que les puedan tildar de cualquier cosa excepto de personas honestas? ¿Tan dura es la "transición" como para que se necesite una asignación económica? ¿Hacia dónde le conduce la transición que precisa una cuantiosa cantidad de dinero? Será para gasolina.