Más de 200 personas se congregaron ayer por la mañana en la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres para rendir homenaje a los agentes que han prestado servicio a la sociedad, según afirma María Jesús Pascual Ruiz, la comandante jefe interina de la capital cacereña.

Entre los asistentes se encontraban dos antiguos compañeros recordando hazañas de los 15 años que trabajaron juntos en Torrejoncillo. Luciano Martín Barra tiene 80 años y reside en Villasbuenas de Gata y Mariano Pinto Iglesias, de 74, vive en Cilleros, ambos rebosaban alegría por haberse reencontrado. «Sobre todo hacíamos servicios de explosivos, los íbamos a buscar a Béjar», recuerda Luciano Martín.

A la espera de una foto con el resto de guardias civiles se encontraba Juan Duque de Mendoza, un cacereño de 84 años, nacido en Torrequemada, que ha formado parte del cuerpo más de 60 años y prestado servicio en en Plasencia, en Madrid o en Granada. Detrás, un arsenal de aventuras de cada lugar y un fuerte sentimiento por el cuerpo que ha heredado de su padre, también guardia civil. «Me trae muchos recuerdos estar hoy aquí», confiesa emocionado.

Al lado estaba Guillermo Rebollo, un cacereño que nació en Campo Lugar y que ha ocupado diferentes cargos dentro del cuerpo. Primero fue capitán de tráfico, después comandante y teniente coronel. Su último destino fue en la escuela de tráfico de Mérida, lugar donde a los 61 años pasó a reserva activa. Ahora tiene 65 y acaba de jubilarse.

Más tarde tuvo lugar una visita guiada por las instalaciones de la mano de los agentes que se encontraban en servicio.