Con un lleno total, como siempre, el Gran Teatro acogió ayer el Festival Flamenco de las Minas de Aldea Moret, que celebró su séptima edición. Y lo hizo con el anuncio, en su inicio, de una novedad, el acuerdo de colaboración con el de Puertollano, importante ciudad minera con la que a partir de ahora se intercambiarán festivales, celebraciones y todo tipo de actos.

La alta asistencia de público, que llegó a causar incluso algún que otro problema en la entrada --media hora antes del inicio ya se había completado el aforo-- demostró que son muchos los cacereños que aman el flamenco y muchos también los que comparten el espíritu de este festival, que no es otro que el de rendir homenaje a los mineros, a los muchos que trabajaron en las antiguas minas de la barriada de Aldea Moret.

A todos se les rindió ayer tributo a través de Domingo Barquilla, de 87 años, y Julián Valle, de 80, que acogieron el reconocimiento visiblemente emocionados. Con ellos lo compartió en esta ocasión, no otro minero, sino quienes hacen posible cada año que ellos puedan recibirlo, la Federación de Peñas Flamencas, a cuyo presidente se le hizo entrega también de una estatuilla del minero "en reconocimiento a su colaboración en todos los festivales celebrados hasta ahora", indicaría el presentador.