Algunas cavernas han tenido peor suerte y no han resistido los envites del tiempo o del urbanismo. Es el caso de la cueva de la Becerra, desaparecida por las canteras del Junquillo. El escritor Alfonso Callejo y el historiador Antonio Rodríguez recuerdan la vieja leyenda: en la noche de San Juan aparecía una becerra en la cavidad, y según la dirección hacia la que corría "habrían de soplar los vientos reinantes en el año agrícola", relató Publio Hurtado, y antes Benito Boxoyo. También las crónicas hablan de la cueva de San Benito, que debe estar bajo las casas de Ceres Golf. En la Huerta del Conde hubo otra que pudo llamarse De la Mora, sepultada por los edificios. El profesor Enrique Cerrillo recoge testimonios de la cercana cueva de Cantarranas, que posiblemente desapareció con los colectores procedentes de la Hispanidad.